El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha afirmado este domingo que EE.UU. amedrenta y chantajea a Bolivia con sus advertencias de bloquear financiamiento.
Morales ha considerado el aviso del país norteamericano de bloquear el financiamiento internacional a Bolivia por la presunta ausencia de medidas para hacer frente a la trata de personas y al trabajo infantil en el país sudamericano, un vil chantaje a un año de que tengan lugar las elecciones.
“Anteayer escuchamos en los medios de comunicación: Estados Unidos dice, por algunos temas, que no son abandonados (tales) temas, dice que ahora organismos internacionales no van a financiar al Gobierno boliviano. Otro amedrentamiento, otro chantaje”, ha manifestado el presidente boliviano durante un acto de asignación de obras en la ciudad de Oruro (centro).
El mandatario latinoamericano ha afirmado, asimismo, que la nacionalización de los hidrocarburos, decretada por su Gobierno en 2006, le ha permitido a Bolivia alejar el fantasma del sometimiento y la dependencia económica.
De igual modo, ha equiparado la advertencia de EE.UU. a las políticas adoptadas por administraciones estadounidenses anteriores y, en este sentido, ha aludido a la acusación que hiciera en su contra, en 2002, la Secretaría norteamericana de Estado, cuando Morales era el líder de los sembradores de coca y otros productos agrícolas, en la que se le comparó con el antiguo líder del grupo terrorista Al-Qaeda, Osama bin Laden, y los talibanes, es decir, una forma de emparentarle con supuestos terroristas.
El jefe de Estado boliviano ha realizado estas declaraciones después de que la Administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazara con dictar sanciones contra países como Bolivia, que presuntamente no velan por las víctimas de la trata y tráfico de personas.
Finalmente, en referencia a las elecciones, el presidente del país andino ha alertado que “vendrán no solamente mentiras y mentiras de la derecha boliviana en estas elecciones nacionales, sino también amedrentamientos, intimidaciones (y) la derecha se agarra a eso”.
La Administración de Trump y algunas figuras en el Congreso estadounidense no han parado de atacar a Morales desde noviembre de 2017, cuando el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) de Bolivia aprobó un recurso que posibilitaría la reelección del presidente por cuarta vez.
Al responder a las arremetidas por tal cuestión, el mandatario latinoamericano revalidó que Bolivia ya no es una “colonia yanqui” y que su Gobierno de izquierda no es sumiso a Estados Unidos.
