Las mujeres en Estados Unidos tienen un 38% más de probabilidad de vivir en la pobreza que los hombres, donde la violencia doméstica es uno de los principales motivos que las impulsan a acabar viviendo en la calle.
Esto es visible en Skid Row, un barrio de indigentes en el centro de la ciudad de Los Ángeles, California. Allí la mitad de las mujeres han sufrido violencia física o sexual en los últimos 12 meses. El fotógrafo John Hwsang ha visitado durante 4 años esa zona, conocida como ‘epicentro de la crisis de los sin techo’. De todas las historias que ha documentado con su cámara, nos cuenta cuál es la que más le impactó.
“Fue la de una joven que ejercía la prostitución en Skid Row. Recuerdo su historia porque cuando la conocí tenía un expresión muy dura, no sonreía, simplemente no mostraba emociones. Su familia la abandonó completamente y luego fue recogida por un proxeneta, que básicamente la usaba para la trata de personas. Ella era una niña muy pequeña y solo la utilizaron para tener relaciones sexuales hasta que durante su adolescencia contrajo el VIH. Él la echó a la calle, como si fuera basura”, relata Hwsang.
La pobreza agrava la violencia
John inició su proyecto de fotografiar a las personas sin hogar, tras convencer a uno de ellos de que no debía suicidarse. A diferencia de los hombres, la mayoría de las mujeres llegan a ese barrio huyendo de la violencia. Es el caso de Angela Harper, quien a pesar de haber conseguido un lugar donde vivir, recuerda muy bien cómo acabó en la calle.
“Vine a Skid Row en el 2006. Viví un episodio de violencia doméstica en el que uno de mis hijos trató de matarnos. No quise que eso sucediera y tomé represalias. Tuve que irme de mi casa en Chicago (Illinois) y acabé aquí”, relata Harper, una antigua indigente.
Lo dramático de la situación es que la pobreza agrava la violencia. En una reciente encuesta, el 50% de las mujeres que viven en la calle o los refugios del centro de Los Ángeles aseguraban haber experimentado abusos en el último año.
Las mujeres representan un tercio de las personas sin hogar en esa ciudad, y solo en Skid Row, se calcula que más del 90% ha sufrido violencia física o sexual. Es el caso de Dolores, quien ha sufrido agresiones sexuales “varias veces”, pero no tiene otra opción que permanecer en la calle hasta que quede vacante una plaza en uno de los programas de rehabilitación. Pese a la fuerte presencia policial, las calles de ese sector son extremadamente peligrosas cuando cae la noche.
