En EE.UU. y bajo la justificación de tratamiento psiquiátrico, millones de niños son obligados a consumir drogas psicotrópicas.

Randy Steele tenía 9 años cuando cayó en manos de los psiquiatras estadounidenses. 30 días después, este es el cadáver de Randy. No es necesario ser médico forense para entender que Randy fue torturado hasta la muerte en un hospital administrado por los así llamados “profesionales en salud mental”.

Esta muestra esta dedicada a las víctimas infantiles de la psiquiatría e industria farmacéutica estadounidense: dos instituciones que le han robado la vida a millones de seres humanos.

Es así que amparados por la política de turno, los administradores del sistema de salud mental estadounidense se han dedicado a experimentar. Uno de los campos más fértiles para este macabro exterminio es el sistema educativo.

Según el último reporte de la Comisión Ciudadana de Derechos Humanos, en Estados Unidos más de 7 millones de niños son obligados a consumir drogas psicotrópicas y esto con consecuencias, en muchos casos, irreversibles. Al mismo tiempo, esto es un gran negocio para las corporaciones farmacéuticas que han adoptado -al parecer- el modelo de los carteles del narcotráfico y la tortura.

La misma comisión señala que sólo entre 2015 y 2016, las farmacéuticas ganaron 13 000 millones de dólares drogando niños.

Marcelo Sánchez, Miami.

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