La novena movilización de los «chalecos amarillos» en Francia se distinguió de las anteriores en que se expulsó y/o se atacó a los que se dicen trabajadores de los medios de propaganda. Fue el hartazgo, el hastío, la ira con cómo esos medios han tratado, ninguneado, mentido, insultado a un movimiento que sigue batallando cada vez con las ideas más claras de lo que se quiere, que no es otra cosa que un nuevo sistema político, económico y social. Fue el hartazgo, el cansancio, el hastío, la ira, la rabia porque los medios de propaganda (antes llamados medios de comunicación) han venido ocultando sistemáticamente la brutalidad policial y la violencia institucional contra los «chalecos amarillos» y es eso lo que desembocó en esos ataques.
Eso provocó un choque en esos medios, sorprendidos. Pero vieron las orejas al lobo y se han visto obligados a reaccionar. Ahora llevan toda la semana hablando de lo obvio, recogiendo las cifras de heridos graves, de heridos en total y criticando a la policía y al gobierno. Aquí tenéis tres ejemplos; Le Monde, Liberation y France Info. Hay más, prácticamente todos se están tentando ahora la ropa y hablando de lo que han negado y ocultado durante nueve semanas. Tanto que ahora han destapado muchos casos policiales y eso ha obligado a reaccionar a la propia policía. El pasado día 15 el jefe de la policía francesa, Eric Morvan, dirigió un escrito público a toda la policía pidiendo (sic), o sea, no ordenando, que no se disparase pelotas de goma a la cabeza de los manifestantes. Os recuerdo que dos terceras partes de los casi 100 heridos graves han recibido disparos en la cabeza pese a estar prohibido formalmente en los mismos protocolos policiales.
Desde los «chalecos amarillos» se ha lanzado una pregunta ¿Debemos odiar a los medios de comunicación? Melenchón, el candidato de La Francia Insumisa (una especie de Unidos Podemos), se ha atrevido a decir que sí, que «es saludable hacerlo» porque hay una pelea en marcha y si unos odian (en referencia a los medios y sus propietarios), otros también tienen la potestad de hacerlo.
Decidan lo que decidan, actúen como actúen este próximo sábado en el Acto X, el hecho es que -otra vez- los «chalecos amarillos» ya han conseguido algo aunque sea temporalmente. Han roto el silencio y, también, el miedo. Ahora mismo la burguesía está a la defensiva, intentando congraciarse en parte con el movimiento y lo están entendiendo los «chalecos amarillos» que ahora se ven entrevistados, casi mimados por esos mismos medios. Una semana llevan así. Dije que esto no iba a ser otra cosa que un chaparrón de verano, que duraría poco y que se vería en cómo tratarán el Acto X. Los «chalecos amarillos» están aprovechando el momento, pero no bajan la guardia para la movilización de mañana.
Mientras, y dado que llevo mucho tiempo sin poner música, aquí hay un tema que viene casi al pelo. Habla del imperialismo, pero se puede colocar aquí perfectamente. Y, de paso, hago un guiño a una amiga a quien le gusta el cantante.