Bianchi.— Que dos consumados vendedores de crecepelos en el “far west” celtibérico como Iñigo Errejón y Pablo Iglesias acaben clavándose puñales, el primero buscándose nuevo amo, en este caso ama, Manuela Carmena, con su cara de cordero degollado, y el segundo mostrándose digno y hasta solemne por la traición y felonía de su hasta ayer compañero y amigo, no se debe, desde luego, como cabría esperar de una formación que se dice de “izquierdas”, a que haya unas líneas políticas claramente enfrentadas y antagónicas desde un punto de vista, digamos, “revolucionario”, del tipo de, por ejemplo, ¿participamos en este engendro que llaman democracia y no lo es o les desenmascaramos sin desmayo ni descanso? Tampoco vale decir que uno, Errejón, es más “socialdemócrata” ergo: afín al PsoE, y que el otro, Iglesias, es más “ortodoxo”, ergo: rojillo y esas vainas y jeribeques. Y no vale porque el PsoE de Pedro Sánchez, su Gobierno, le debe a “Podemos” su apoyo.

No van por aquí los tiros. ¿Por dónde, entonces? A mi juicio, por algo más prosaico, telúrico y hasta pedestre que casi nunca se sospecha, y menos se dice, a saber dos motivos: uno, y principal, vivir “de la política” y su invento vendiendo humo y sin hincarla, o sea, parasitando, incluso como un “profesional” de ella, como denunciara el sociólogo burgués de mediados del XIX Max Weber (con sus recompensas en forma de casoplones, que manda cojones la cosa), y dos, aparentando discordias o diferencias político-ideológicas en lo que no es más que un problema de egos y vanidades personales con piques de patio de colegio en el ambigú de la escuela. Y protagonizado por niñatos de pantalón corto que no se han pringado las manos de cola poniendo carteles en las calles, o tirar una octavilla, en su puta vida. O correr delante (o detrás) de los “grises” o una asamblea de universidad verdaderamente eléctrica.

Y es que, a poco que se escarbe y rasque, no se ve diferencia ninguna entre estos personajillos porque, en el fondo, primero, no tienen ideología ni falta que les hace y ni ganas salvo estafadores que van de “marxistas” tipo Ernesto Laclau (y otros “renovadores” eternos del marxismo) y su “significante vacío”, que es su gurú de cabecera, y segundo, están de acuerdo en no tenerla, pero, ojo, aparentar que se tiene, ya saben, tácticas, estrategias, transversalidades, alianzas y demás politiquerías de baja estofa.

Por lo tanto, lo dicho: pelea de gallitos. Lo dijo Echenique (abonando mi tesis pelín simplista), no sabemos si medio beodo o en lapsus freudiano: “Errejón debría irse, pero, claro, si se va, igual no llega hasta mayo” (con pasta gansa, se supone).

Buenas tardes.

DEJA UN COMENTARIO (si eres fascista, oportunista, revisionista, liberal, maleducado, trol o extraterrestre, no pierdas tiempo; tu mensaje no se publicará)

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.