El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha subrayado la urgencia de acabar con el bastión del terrorismo takfirí formado en la provincia siria de Idlib.
“No podemos tolerar que siga ahí por siempre ese baluarte del terrorismo, pero la cuestión de cómo resolver el problema atañe a los militares”, ha dicho el jefe de la Diplomacia rusa este sábado en una rueda de prensa organizada al margen de la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC, por sus siglas en inglés) en el sur de Alemania.
Según cita la agencia oficial de noticias siria SANA, Lavrov ha recordado que su Gobierno acordó el jueves en Sochi (suroeste de Rusia) con Irán y Turquía —los otros dos Estados garantes del proceso de Astaná (capital de Kazajistán)— que la eliminación del terrorismo de Idlib se efectúe “paso a paso”.
Tropas rusas y turcas “tratarán, con el consentimiento del Gobierno sirio”, de ir creando progresivamente áreas libres de terrorismo en la zona de desescalada de la provincia, en las que los dos Ejércitos realizarán labores conjuntas de patrullaje, ha explicado el ministro.
En todo caso, ha prometido, las operaciones antiterroristas no seguirán el modelo marcado por los bombardeos intensivos de zonas civiles cometidos en Raqa (norte de Siria) en octubre de 2017 por la “coalición” liderada por EE.UU. en nombre del combate contra la banda takfirí EIIL (Daesh, en árabe).
En Raqa, dominada desde entonces por las milicias autodenominadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), dirigidas por el grupo kurdo Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo) y respaldadas por Washington, “aún yacen los cadáveres de civiles y las minas abandonadas”, ha recordado Lavrov.
A fin de transformar la zona de desescalada de Idlib en zona libre de terrorismo, los militares que implementen las directrices del proceso de Astaná “desarrollarán un plan en conformidad con los requisitos del derecho humanitario internacional”, ha detallado.
La capital de la provincia de Idlib es el último gran bastión terrorista en Siria, en particular del Frente Al-Nusra (ahora denominado Frente Fath Al-Sham) que, según diversos informes, recibe apoyo de EE.UU., el Reino Unido y algunos Estados árabes ribereños del Golfo Pérsico.
