Oficialmente, Rusia ha declarado ilegales las noticias falsas. El 7 de marzo el Parlamento ruso aprobó una ley rusa contra las noticias falsas gracias a la abrumadora mayoría del partido de gobierno, Rusia Unida, a pesar de la oposición unificada de los partidos Comunista y Liberal Democrático.
La cámara baja del Parlamento de Rusia, aprobó un paquete de leyes con la finalidad de imponer la censura y el desacuerdo público con el gobierno. Está pendiente la aprobación de la cámara alta del Parlamento, el Consejo de la Federación, y la firma de Putin.
El primer proyecto (parte de un paquete de reformas a la ley de medios) pasó por el Parlamento en menos de tres meses desde que se presentó en diciembre del pasado año. El proyecto define “noticias falsas” como “mensajes deliberadamente engañosos de importancia pública… disfrazados de anuncios públicos genuinos”, y prohíbe la difusión de ese tipo de información con la clara intención de provocar desorden público u otras serias perturbaciones.
El proyecto establece una escala de multas según la gravedad de la infracción. Las personas físicas pueden enfrentar multas entre 455 y 1.525 dólares. Las entidades jurídicas pueden recibir multas de hasta 22.660 dólares para los casos más destacados que resultan en grave daño corporal, muerte, malestar masivo o daño a infraestructura básica.
Algunas disposiciones de la nueva ley indican que los objetivos son los medios en línea aún no totalmente controlados por el Estado o sus subsidiarios. La ley estipula que si los sitios web de noticias publican contenido que viola la ley, se les debe dar una advertencia y un periodo de gracia de 24 horas para retirar el contenido ofensivo. Pero esta cortesía solamente se aplica a sitios web de noticias con licencia de transmisión emitida por el Estado. A los que no tienen licencia —como es el caso de muchos sitios web más pequeños— sus proveedores de alojamiento los bloquearán inmediatamente a solicitud de la fiscalía.
La nueva ley ha sido tan ampliamente criticada que ni los más leales al Kremlin ocultan su disgusto. Alexander Kots, reportero de guerra de Komsomolskaya Pravda, abiertamente partidario del Kremlin, ha escrito que las multas son lo suficientemente extremas como para impedir que los medios publiquen.
Kots observa que no hay una distinción clara entre información equivocada genuinamente maliciosa y casos en los que hay confusión genuina o mensajes o versiones contradictorios del mismo acontecimiento.