La patronal del norte de México sigue con su cruel venganza: las huelgas de las maquilas de Matamoros han conducido al despido de 4.700 trabajadores. A esar de ello, hay paros en otras 80 empresas.
Una de ellas es la embotelladora de Coca-Cola, donde los 718 trabajadores están de huelga desde el pasado 31 de enero.
Sin embargo, la presidenta de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, María Eugenia Navarrete, tiene un criterio muy sorprendente. Ha declarado por decreto que dicha huelga es “inexistente”, ya que no hay motivos para ella.
Pero admite que los trabajadores siguen sin regresar a sus puestos, es decir, que hay no huelga pero sí la hay. Un verdadero galimatías.
“Era un paro técnico, nunca estalló la huelga, ya se notificó a las partes, al líder sindical. Fue inexistente ese paro, no estalló la huelga”, ha dicho en una entrevista concedida durante la primera Reunión de Secretarios del Trabajo y Homólogos de los Gobiernos estatales.
Navarrete explicó que debido a que en octubre pasado hubo revisión salarial, la que demanda ahora el sindicato no se justifica.
Por su parte, el 23 de febrero la multinacional de los brebajes lanzó un contraataque por redes sociales con supuestos testimonios de esquiroles que aseguran estar dispuestos a reanudar las labores.
La empresa lanzó una campaña en la que asegura “Somos 718 trabajadores y somos más los que sí queremos trabajar”, con la etiqueta #YoSiQuieroTrabajar.
La campaña mostraba testimonios de esquiroles de diversas áreas como mantenimiento y conservación de edificios, de 7 meses a 37 años de antigüedad, que junto con su familia aseguran “yo si quiero trabajar en Coca Cola”.
A pesar de los despidos, las huelgas están triunfando en todas las empresas, una tras otra. Los 3.000 trabajadores de Dragados Offshore, el nombre en México de la multinacional española de la construcción, han finalizado la huelga tras conquistar el aumento de sus salarios, reducción de la jornada de trabajo y el pago de los atrasos retenidos.