El Gobierno ruso expresa su oposición a una propuesta estadounidense de desplegar más barcos de guerra de la OTAN en el mar Negro “para apoyar a Ucrania”.
“No entendemos lo que quieren decir con esto. La situación del estrecho de Kerch y de la navegación allí es bien conocida”, ha dicho este miércoles a los periodistas el secretario de prensa de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov.
La víspera, Washington había anunciado que esta semana haría a los ministros de Defensa de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) una propuesta para garantizar “el paso seguro a los navíos ucranianos a través del estrecho de Kerch (hasta) el mar de Azov” y disuadir posibles operaciones rusas.
En el paquete de medidas que quiere proponer EE.UU. hay un incremento de la vigilancia y el despliegue de un mayor número de barcos de guerra de la OTAN al mar Negro, de acuerdo con declaraciones de la embajadora norteamericana ante la Alianza, Kay Bailey Hutchison.
Se espera que la propuesta se debata en el habitual encuentro de abril de los ministros de Defensa de la OTAN en Washington D.C. (capital de EE.UU.), de dos días de duración, entre miércoles y jueves de esta semana. El bloque militar ya hizo saber el lunes que reforzaría su presencia en la zona.
Citado por la agencia gubernamental rusa Interfax, el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Alexandr Grushkó, ha advertido de que el plan no hará más que crear “riesgos militares adicionales” en la región. “Si por nuestra parte hacen falta más medidas militares y técnicas, las adoptaremos”, ha anticipado.
En noviembre, patrullas navales rusas requisaron dos acorazados artilleros y un remolcador ucranianos que trataban de pasar por el estrecho de Kerch, que une la península de Crimea con la parte continental de Rusia, sin aviso previo, ignorando las llamadas que se les hacían y realizando maniobras “peligrosas”, según Moscú.
El episodio ha sido aprovechado por el Gobierno de Kiev para reclamar mayor presencia armada de Estados Unidos y de la OTAN en el mar Negro para hacer frente a Rusia, que por su parte denuncia desde hace lustros el expansionismo militar occidental en torno a sus fronteras occidentales y, más recientemente, la militarización del mar Negro.
