EE.UU. no está conforme con una frase del borrador de una resolución de la ONU destinada a combatir la violación como arma de guerra, y amenaza con vetar la adopción de esa medida durante el debate que este martes sostendrá el Consejo de Seguridad.
La frase en cuestión, redactada por la misión diplomática alemana y citada por Pass Blue, urge a las entidades ligadas a Naciones Unidas a proporcionar “atención integral de salud sexual y reproductiva, como acceso a anticoncepción de emergencia, interrupción segura del embarazo y prevención y tratamiento del VIH“, a las víctimas de violencia bélica.
Según trascendió, EE.UU. rechazó preliminarmente la propuesta a raíz de esa oración, por lo que sus impulsores posteriormente la suavizaron con un fragmento de otra resolución, adoptada en 2013, que aboga por “servicios de salud integrales y no discriminatorios, incluyendo los de salud sexual y reproductiva” para los sobrevivientes de agresiones sexuales en regiones en conflicto.
Sin embargo, ese texto, que había obtenido el visto bueno de la Administración de Barack Obama, ahora se ha encontrado con la negativa de la de Donald Trump. “Ni siquiera estamos seguros de si tendremos la resolución mañana, debido a las amenazas de veto de EE.UU.”, indicó a The Guardian Pramila Patten, representante especial de la ONU para asuntos de violencia sexual en los conflictos.
“Están amenazando con usar su veto en relación con el lenguaje acordado”, especificó la representante, quien tildó de “gran contradicción” el hecho de que el enfoque de esta resolución se centre en el sobreviviente de una agresión sexual pero no se tenga un mensaje sobre servicios de salud sexual y reproductiva. “Para mí es lo más crítico”, añadió.
Washington se ha rehusado en los últimos meses a dar su visto bueno a documentos de Naciones Unidas que de una u otra manera impliquen un aceptación del aborto o que contengan palabras como “género”, para evitar un apoyo implícito a los derechos transgéneros. Desde el inicio de su mandato, Trump ha prohibido, por ejemplo, girar fondos estatales a organizaciones no gubernamentales que apoyen la interrupción del embarazo.
En marzo, la ONU denunció agresiones sexuales masivas y sistemáticas por parte de fuerzas armadas y milicias en varias partes del mundo. Entre las víctimas se cuentan mujeres y niñas rohinyás en Birmania, yazidís en Siria e Irak, y jóvenes de la República Democrática del Congo y de Sudán del Sur.
De acuerdo con Pass Blue, EE.UU. violaría el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos —del que forma parte— si veta la resolución con el fin de negar servicios de salud sexual y reproductiva a las víctimas de violencia sexual.
