El norcoreano Comité para la Reunificación Pacífica de Corea (CRPC) ha presionado a Seúl para que no subordine los acercamientos intercoreanos a la agenda de Washington, advirtiendo que esto podría conllevar una renovación de la tensión en la península.
«Se está creando una grave condición de seguridad que puede [provocar] un regreso al pasado cuando se avecinaba una catástrofe en medio del creciente peligro de una guerra», indicó el CRPC a través de un «memorando» citado por Yonhap.
Pronunciándose durante el primer aniversario de la histórica cumbre intercoreana, Pionyang acusa a EE.UU. de intentar evitar que el progreso entre las dos Coreas rebase los propios avances gestionados por el país norteamericano, y de utilizar sanciones para asegurarse de que esto no suceda.
Ante esto, el CRPC ha urgido a Corea del Sur a que explore «medidas más activas» para concretar el desarrollo sostenible de sus relaciones con el Norte, en miras a lograr una reunificación pacífica que no se vea afectada por la postura estadounidense.
Las sanciones vigentes han privado a la economía de Corea del Norte de insumos clave como gasolina y diésel. El Consejo de Seguridad de la ONU, por su parte, ha prohibido la comercialización de materias primas norcoreanas como carbón y mineral de hierro, que generaban una gran parte de los ingresos para el país asiático.
Sin embargo, Washington se equivoca si piensa que podrá poner «de rodillas» a Pionyang, afirma el ministro de Defensa norcoreano, No Kwang-chol. El ministro de Asuntos Exteriores Económicos, Kim Yong-jae, indica por su parte que estas medidas no han tenido «ningún impacto»: «No nos pueden importar menos y apenas nos afectan», aseveró.