Casi cinco años después de la muerte de Eric Garner en un enfrentamiento con la Policía de Nueva York, Justin D’Amico, un agente involucrado en el conflicto, reconoció ayer martes haber escrito documentación en la que se exageraba la gravedad del presunto delito del fallecido.
D’Amico testificó en el juicio disciplinario de Daniel Pantaleo, compañero suyo acusado de matar a Garner el 17 de julio de 2014. En un vídeo colgado en Internet parece verse cómo lo mata utilizando una brutal técnica de estrangulamiento.
Se sospechaba que Garner vendía cigarrillos sueltos sin impuestos. D’Amico afirmó que rellenó los documentos de arresto después de que Garner perdiera la vida, incluyendo un cargo impositivo por delito grave, por estar supuestamente vendiendo 10 000 cigarrillos de contrabando.
D’Amico reconoció que no era el cargo correcto y que Garner tenía menos de 100 cigarrillos cuando la Policía trató de arrestarlo.
La brutalidad de la Policía de EE.UU., sobre todo contra afroamericanos y personas de otras minorías, ha convertido el país en escenario de masivas protestas y ha sido objeto de críticas de diversas organizaciones pro derechos civiles.
De acuerdo con un estudio elaborado por Mapping Police Violence, la Policía estadounidense mató en 2017 a más civiles que a terroristas. El análisis indica que la mayoría de tales homicidios podría haberse evitado.
El estudio precisa que los afrodescendientes de Estados Unidos tienen más probabilidades de morir a manos de la Policía. Si esta no hubiera matado a personas que no representaban una amenaza con un arma de fuego, en 2017 se habrían producido 638 muertes menos, es decir, una reducción del 57 por ciento.