“El abatimiento del avión no tripulado de EE.UU. les enseñó (a los estadounidenses) que no violen nunca más las fronteras nacionales de Irán. Pero, si lo hacen las Fuerzas Armadas (iraníes) los enfrentarán de manera contundente”, afirmó el miércoles por la noche el jefe del Poder Legislativo del país persa en un programa televisivo.
Lariyani reiteró que la República Islámica nunca ha invadido un país pero fue blanco de una guerra impuesta por Irak durante ocho años (1980-1988) con el objetivo de defenestrar el nuevo sistema político del país persa, adoptado tras el triunfo de la Revolución Islámica.
Además, el titular iraní remarcó que las sanciones económicas y los intentos del enemigo para reducir a cero las exportaciones de crudo de Irán son planes que “no han tenido éxito”.
En este sentido, el presidente de la Asamblea Consultiva Islámica de Irán (Mayles) precisó que EE.UU. ejerce presiones contra Irán con miras a obligarlo a sentarse en la mesa de diálogo. “Estados Unidos intenta recuperar su reputación perdida, ya que haberse salido del acuerdo nuclear ha hecho que se vea como el Estado más irresponsable”, adujo.
Lariyani declaró que las autoridades estadounidenses obtienen información del grupo terrorista Muyahidín Jalq (MKO, por sus siglas en inglés) y deciden contra Irán en base a esa información incorrecta.
La Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, impuso el lunes nuevas sanciones a altas autoridades de la República Islámica, entre ellas, el Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei.
Trump alegó que respondían al derribo de un dron espía estadounidense por Irán el jueves pasado en la provincia meridional de Hormozgan, si bien luego cambió de parecer y sostuvo que las imponía porque así lo había decidido.
Transcurrido algo más de un año de su juramentación, en mayo de 2018, el magnate republicano retiró a su país del Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés) —nombre del acuerdo de 2015—, reimpuso severos embargos a Irán e incluso invitó al resto de signatarios a secundarlo con el objetivo de obligar a Teherán a renegociar el convenio.