Dilbert Reyes Rodríguez.— BAYAMO, Granma.- Porque el 26 es siempre –rebeldía nacional desde el indio levantisco a la Cuba firme de hoy –, es que la música, y los versos, y la danza también contaron esa historia patria y honraron, con una gala cultural en esta urbe, los 66 años del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
En el Teatro Bayamo, principal de la ciudad, la noche del miércoles ofreció la reverencia de un amplio elenco artístico, que sobre la escena escalonada, sobria, ocupada con equilibrio y bien manejada en cuanto a luces, mezcló invitados y anfitriones en una alegoría a la crónica de la épica independentista cubana.
Del Moncada al porvenir, nombre de la parada cultural dirigida por Fernando Muñoz, comenzó con un Motivo Criollo que fusionó en las cuerdas de un quinteto la métrica de Un largo lagarto verde, de Guillén; para luego dar paso a la ruta insurgente que inició con la pieza Suplicio de Hatuey.
El Coro Profesional de Bayamo y la joven orquesta de cámara conducida por el talentoso Javier Millet, pusieron los matices exactos que acompañaron y permitieron distinguir las etapas diversas de la representación, pasando por la colonia, la gesta de la república y el empuje de la Revolución.
La Bayamesa exquisita de Céspedes y Fornaris tuvo a su altura la interpretación maestra de Mundito González y Eduardo Sosa, quienes precedieron el concurso nutrido de declamadores, trovadores, vocalistas, solos de piano y violín, armonía exclusiva de guitarras, rumba, y danza contemporánea, hasta culminar, todos en el escenario, con las notas altas del musicalizado Canto a Fidel, de Carilda Oliver Labra.
Presidida por las máximas autoridades política y gubernamental de Granma, y con presencia de invitados de distintos sectores, la gala complementa las conmemoraciones centrales por el Día de la Rebeldía Nacional, que tienen sede en la provincia oriental.