El presidente de EE.UU., Donald Trump, busca limitar actividades de los grupos antifascistas estadounidenses y baraja declararlos “organizaciones terroristas”.

“Estamos considerando declarar a ANTIFA (grupos antifascistas), ese movimiento de cobardes ‘Locos de la Izquierda Radical’ que va por ahí pegando a gente con bates de béisbol, una importante ‘Organización Terrorista’”, anunció Trump por medio de un mensaje de Twitter el sábado.

El inquilino de la Casa Blanca, de igual manera, dijo que “para la Policía sería más fácil hacer el trabajo” de los grupos antifascistas.

El tuit de Trump surgió después de que los senadores republicanos Bill Cassidy y Ted Cruz presentaran un proyecto de ley para designar “organización terrorista doméstica” a los antifacistas.

Varios informes señalan que el mandatario norteamericano podría aprovechar la supuesta “amenaza” de dicho grupo para caldear los ánimos de sus militantes con vistas a las próximas elecciones presidenciales.

Antifa es el término corto de antifascistas y se utiliza para definir un amplio grupo de personas cuyas creencias políticas se inclinan hacia la izquierda, pero no se ajustan a la plataforma del Partido Demócrata. El grupo no tiene un líder oficial o sede, aunque células de este realizan reuniones regulares en ciertos estados.

Englobar a tales manifestantes bajo la denominación de grupo terrorista cierne el peligro de catalogar a todos los opositores a la ideología de derecha como terroristas, alertó el mismo sábado el diario local Huffington Post.

El rotativo precisó que, declarar “organizaciones terroristas” a los antifascistas no tendría en cuenta la “fuente de violencia política mortal en la nación”, refiriéndose a las violaciones ejercidas por los supremacistas blancos y neonazis en EE.UU., en concreto durante las marchas en Charlottesville (Virginia).

Trump mantiene un rostro fascista

En su inauguración como presidente, Trump pronunció un discurso polémico, con matices claramente fascistas y de nacionalismo extremo, en el que planteó su política “EE.UU., primero”, expansión militar y lanzó amenazas contra varios países.

No obstante, alertan varios analistas y observadores, esas políticas de Trump podrían conllevar consecuencias más siniestras para los derechos democráticos del mismo pueblo estadounidense.

Efectivamente, desde la llegada de Donald Trump a la Presidencia, se ha visto un incremento en ataques de nacionalistas blancos contra las minorías.

Asimismo, últimamente se ha considerado como muestras de “fascismo” los ataques xenófobos y racistas del magnate neoyorquino contra cuatro legisladoras demócratas, a saber: Rashida Tlaib, Alexandria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar y Ayanna Pressley, quienes se han expresado en contra de las políticas adoptadas por la Casa Blanca a nivel nacional e internacional.

El trato inmisericorde a los migrantes y la separación de padres e hijos indocumentados en la frontera entre EE.UU. y México han hecho que fluya la ola de acusaciones fascistas en contra del presidente estadounidense.

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