Washington dejó en claro que ahora es libre de desplegar en cualquier parte del mundo misiles con rangos de entre 500 y 5 500 kilómetros, luego de que la nación estadounidense se retirara del Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Corto (INF, por sus siglas en inglés) y comenzara a consultar con varios países aliados sobre el potencial despliegue de misiles convencionales de alcance intermedio en Asia.
«Esa es una decisión soberana que deben tomar los líderes de esos gobiernos», aseveró Andrea Thompson, subsecretaria de Estado para el Control de Armas y Asuntos de Seguridad Internacional, en respuesta a la indagación de un periodista, según refirió Russia Today.
Como posibles candidatos a albergar estos proyectiles se barajan naciones desde las cuales los nuevos proyectiles podrían alcanzar el territorio de China.
A su vez, el gigante asiático posee un gran arsenal de misiles de rango intermedio, por lo que Beijing advirtió sobre las posibles consecuencias si EE. UU. procede con este despliegue.
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, prometió que nunca permitirá que Washington despliegue armas nucleares en el territorio de su país para contrarrestar la creciente influencia de China en la región.
«No pueden colocar armas nucleares en Filipinas. Eso nunca sucederá, porque no lo permitiré. Nunca permitiré tropas extranjeras […]. No quiero luchar contra China», aseveró Duterte durante un discurso ante una audiencia de empresarios filipinos y chinos en la capital de la nación, Manila.
Estas declaraciones del Jefe de Estado de esta nación oriental dejan a la Casa Blanca sin posibilidades de utilizar el territorio para sus propósitos, en caso de que elija desplegar misiles convencionales de alcance intermedio en Asia.