La llamada coalición anti-EIIL (Daesh, en árabe), liderada por EE.UU., anuncia que no lanzará más ataques en Irak sin autorización del Gobierno de Bagdad.
El premier iraquí, Adel Abdul-Mahdi, emitió el jueves un decreto para revocar todos los “permisos especiales” de vuelo en el espacio aéreo iraquí para aeronaves de todo tipo de países regionales y extrarregionales.
“A partir de ahora, las autorizaciones provendrán exclusivamente del jefe de las Fuerzas Armadas”, comunicó la oficina del primer ministro, al advertir con el derribo de aparatos que vuelen el espacio aéreo de Irak sin autorización expresa.
La denominada coalición estadounidense ha declarado este viernes que se atendrá a la orden del Gobierno iraquí.
El decreto ha sido emitido en medio del gran rechazo de la sociedad iraquí hacia la presencia militar de EE.UU. y sus aliados occidentales en Irak, donde cuentan con bases militares y actuaban por cuenta propia.
Cuando en diciembre del 2017, el entonces primer ministro iraquí Haidar al-Abadi anunció el fin de la guerra contra el EIIL en Irak, las voces para pedir la retirada inmediata de las fuerzas estadounidenses se intensificaron en el país, pues los críticos señalaron que no había justificación alguna para que continuara la presencia de las tropas occidentales en Irak.
Los Gobiernos de Bagdad y Damasco han cuestionado en reiteradas ocasiones la efectividad de los bombardeos estadounidenses en sus países y han criticado a esa coalición por los daños estructurales y las muchas víctimas civiles que han dejado.
Mientras la coalición ha admitido haber matado a al menos 1321 civiles como resultado de las numerosas operaciones que llevan a cabo sus cazas desde 2014 en Irak y Siria, las cifras proporcionadas por la organización de periodistas independientes Airwars indican que el balance de víctimas en esos dos países excede ampliamente el reconocido por la alianza occidental, considerando que habría que multiplicar los datos proporcionados.
Washington también ha sido acusado de ayudar a facciones extremistas e intentar detener el avance de las fuerzas gubernamentales ante los terroristas.
Moin al-Kazemi, un alto comandante de las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), censuró recientes informes del Pentágono sobre las actividades de Daesh en Irak, mientras advertía que, con tales afirmaciones, EE.UU. busca prolongar su presencia en suelo iraquí.