Elson Concepción Pérez.— Hay historias que, ni contadas en un culebrón novelístico de pura ficción, pueden esconder aristas de su contenido verdadero, aunque, como en este caso, es de macabra factura.
Ahora resulta que las fotos de Juan Guaidó con los paramilitares narcotraficantes colombianos, conocidos como «Los Rastrojos», son parte de las «cientos de personas que le pedían una foto o que les firmara un autógrafo». El bufón autoconvertido en vedette.
Si Guaidó fue capaz de autoproclamarse «presidente» en un acto público con algunas decenas de sus partidarios, y desconociendo los 6 190 612 votos que recibió Nicolás Maduro en unos comicios democráticos y transparentes, qué no esperar de este impostor aupado y financiado por Estados Unidos y la ultraderecha venezolana.
Guaidó ha optado por lo peor, y lo peor –léase Trump, Pompeo, Rastrojos– se ha apoderado de él.
¿Quiénes son Los Rastrojos que le garantizaron a Guaidó el cruce de la frontera entre Venezuela y Colombia, le protegieron la vida y, en
coordinación con el Gobierno local, declararon «estado de sitio» en la zona, para que el invitado y sus «rastrojos» no tuviesen contratiempos?
El «inocente Guaidó» se sentía el gran protegido por una de las bandas vinculadas directamente al narcotráfico y con un extenso expediente criminal.
Las fotos en cuestión datan del 22 de febrero pasado, cuando Guaidó atravesó la frontera para participar en el show mediático del falso positivo preparado por Estados Unidos y Colombia.
El grupo «Los Rastrojos» fundado en 2002, acumula una larga historia de asesinatos y toneladas de cocaína distribuidas, según reporta Sputnik.
El aval criminal recoge que ese propio año el líder narcotraficante colombiano Wilber «Jabón» Varela decide crear su propio ejército para enfrentar a su rival, Diego Montoya, quien tenía un grupo armado denominado «Los Machos». Ambos se conocían por haber integrado el Cartel del Norte del Valle, una de las organizaciones narcotraficantes más importantes de ese territorio.
De acuerdo con estudios relacionados con el tema de los narcos en Colombia, «Jabón» Varela encomendó la conformación de su grupo armado a su secuaz Diego Pérez Henao, alias «Diego Rastrojo», cuyo apodo terminó otorgándole el nombre al actual grupo narcocriminal.
En 2008, Pérez Henao y Javier Antonio Calle Serna, alias «Comba», se juntaron para asesinar a «Jabón» Varela. Una vez muerto el jefe, Pérez Henao tomó el mando y lideró la expansión territorial del grupo hasta La Guajira en la frontera con Venezuela.
El sitio digital La Vanguardia recuerda al diario estadounidense The New York Times, que publicó un artículo de investigación en el que salen a la luz los testimonios de tres testigos que relacionan a la familia del senador y expresidente Álvaro Uribe con acciones paramilitares.
En igual contexto, The New York Times publicó varios documentos desclasificados que demostraban los nexos de Uribe y los narcotraficantes del extinto cartel de Medellín.
Habría que ver cuál es la razón por la que el actual mandatario colombiano, Iván Duque, durante su campaña electoral afirmó que Álvaro Uribe, quien no puede volver a postularse a la presidencia por los límites constitucionales del mandato, es el «presidente eterno» del país.
