En pleno conflicto greco-turco y pese a protestas populares, Grecia y EE.UU. firman un acuerdo que amplía la presencia militar estadounidense en el país heleno.
“Nuestros países siempre han sido aliados. En este momento nuestras relaciones bilaterales están en su mejor nivel en la historia. Además del sector de defensa nos interesa una alianza con Grecia en temas energéticos”, ha destacado este sábado el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, tras su reunión con el ministro de Exteriores de Grecia, Nikos Dendias, en Atenas (capital griega).
En el encuentro, ambos jefes diplomáticos han firmado un acuerdo de defensa mutua, que prevé el aumento de la presencia militar estadounidense en el territorio griego, en particular, en la base aérea y naval de Suda, en la isla de Creta, en las bases aéreas de Lárisa y de Stefanovikio, en Grecia central, así como en el puerto de Alexandrúpolis, en el norte del país, cerca de la frontera con Turquía.
Pompeo también ha indicado que el fortalecimiento de las relaciones militares influirá en otros sectores, incluso el económico, y promoverá la inversión de EE.UU. en Grecia y ha enfatizado la importancia del trabajo junto de dos países por la “cuestión de seguridad”.
Esto ocurre después de que Pompeo ha escuchado las quejas del primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, sobre las amenazas de Turquía contra la soberanía griega en Chipre.
Dendias, por su parte, considera que la firma de este acuerdo, abre para Grecia un nuevo capítulo en su historia. “Es un pilar de estabilidad en una región que tiene serios problemas de violaciones del derecho internacional”, ha dicho el ministro griego.
En cuanto a las tensiones con Turquía, el canciller griego ha denunciado el comienzo de perforaciones por parte de Turquía en una zona económica chipriota.
En este sentido, Pompeo ha asegurado que EE.UU. es consciente de los peligros y hará “todo lo necesario para evitar una escalada militar” y que todos alcancen “un resultado aceptable”, por eso, aduce que “no se puede permitir a Turquía hacer perforaciones ilegales”.
Entre tanto, miles de personas, incluso miembros del partido comunista, se han manifestado desde muy temprano frente al Parlamento y han expresado su rechazo al reciente acuerdo Grecia-EEUU.
De acuerdo con el secretario del partido comunista, Dimitros Kutsumbas, la firma de este acuerdo conlleva “más inseguridad para el pueblo heleno, más inestabilidad en la región y una mayor implicación (de Grecia) en guerras imperialistas”.
Después de que en 1974, Turquía invadiera el norte de la isla mediterránea y formara allí la República Turca de Chipre del Norte (RTCN), Chipre quedó dividido en dos partes, una del sur y otra del norte. En esta última, se ha establecido la República turcochipriota, reconocido por el Gobierno turco, pero no por la comunidad internacional que la considera un territorio ocupado por Turquía.
Las tensiones bilaterales entre Turquía y Grecia se aumentaron aún más luego de que Grecia rechazara extraditar a los ocho militares supuestamente involucrados en la fallida intentona golpista en Turquía de 2016; desde entonces, los cazas turcos violan de vez en cuando el espacio aéreo de Grecia en el mar Egeo.