Tribuna Popular.- El Partido Comunista de Venezuela (PCV) se sumó a la convocatoria de la gran marcha antifascista y antiimperialista, que se realizará en Caracas el 16 de noviembre, en rechazo al golpe de Estado consumado por la extrema derecha en Bolivia.
El Buró Político del PCV instó a toda la estructura del Partido y la Juventud Comunista a adoptar las medidas que garanticen la mayor movilización y participación de la militancia y sectores amigos de todo el país en esta jornada de lucha, como respuesta a la política de agresión multifacética que desarrollan el imperialismo estadounidense y las corrientes fascistas afines con el fin de recomponer su dominación en el continente.
Asimismo, el Partido del Gallo Rojo llamó a los movimientos obreros, campesinos, comuneros y populares a estar preparados para enfrentar y neutralizar el plan provocador de la derecha opositora de Venezuela, la cual –envalentonada por el manifiesto apoyo de Trump, quien afirmó que luego de Bolivia irían por Nicaragua y Venezuela– está convocando a lo que han dado en llamar «marcha sin retorno» hasta que «cese la usurpación».
El pasado 12 de noviembre, el PCV y decenas de organizaciones del movimiento popular antiimperialista se movilizaron a la sede de la Embajada del Estado Plurinacional de Bolivia, en Caracas, para manifestar la condena al golpe de Estado y la solidaridad con el pueblo trabajador boliviano que sufre la arremetida de hordas fascistas.
Previamente, el 10 de noviembre, el Buró Político declaró que «el desconocimiento de los resultados de las recientes elecciones presidenciales, fue el pretexto del Gobierno de los EEUU y las fuerzas políticas reaccionarias bolivianas para desatar un escalamiento de acciones violentas que justificara el golpe de Estado contra el Gobierno legítimo de ese país».
El Buró Político manifestó que el golpe de Estado de la derecha y la cúpula militar «es un desconocimiento a la voluntad popular expresada en las pasadas elecciones presidenciales, y una abierta ruptura del orden constitucional del país», que apunta a los intereses del imperialismo para «imponerle al pueblo boliviano un gobierno servil a los intereses de sus monopolios y útil a sus planes de dominación en la región».
