Al menos dos cohetes han impactado la madrugada de este lunes en una zona cercana al aeropuerto de Bagdad, donde están desplegadas las fuerzas de Estados Unidos.
Según han informado fuentes locales, varios vuelos fueron desviados, incluido un vuelo de Air France, debido al impacto de al menos dos proyectiles de mortero en los alrededores del Aeropuerto Internacional de Bagdad, capital de Irak.
Por su parte, la cadena de televisión Al-Hadath ha reportado que los misiles estaban destinados supuestamente a las tropas militares estadounidenses estacionadas en las cercanías del citado aeródromo.
El aeropuerto está ubicado al lado del Centro de Apoyo Diplomático de Bagdad, (BDSC, por sus siglas en inglés), utilizado por diplomáticos, agentes de inteligencia y las fuerzas de la llamada coalición contra los terroristas del EIIL (Daesh, en árabe), liderada por Washington.
Por su parte, unos internautas han publicado en las redes sociales varias grabaciones en las que se puede oír una señal de alerta que, según ellos, se activó tras los ataques contra el aeropuerto.
De igual modo, la página web de Flightradar, que hace monitoreo de vuelos en tiempo real, ha reportado que los aviones que deben sobrevolar Bagdad modifican su ruta para evitar volar sobre la capital iraquí.
Por el momento, se desconoce el origen de este ataque o el número posible de víctimas y daños materiales. Las autoridades iraquíes tampoco han comentado sobre el incidente.
El nuevo ataque se produce justo dos días después de que otros dos cohetes impactaran en el interior de la base militar de Al-Balad, ubicada a unos 80 kilómetros al norte de la ciudad capitalina, donde se encuentran efectivos estadounidenses.
El pasado martes, también fueron lanzados 5 proyectiles contra la base militar estadounidense de Ain Al-Asad, en la provincia de Al-Anbar, en el oeste del país árabe. Según informes oficiales, la ofensiva provocó “daños significativos” en la instalación norteamericana.
Los ataques se han efectuado en medio de protestas y disturbios en Irak, los que según varios analistas, han sido provocados por Estados Unidos y el régimen de Israel, para crear caos y poder así “mantener el dominio económico y político de un Irak destrozado y hacerse con el control del petróleo”.