La Organización Europea-Saudí para los Derechos Humanos (ESOHR, por sus siglas en inglés) ha alertado este martes de que el régimen de Riad detuvo a adolescentes en los disturbios antigubernamentales en la localidad chií de Al-Qatif, situada en la provincia Oriental, en 2011, y la Fiscalía General saudí ha pedido el “castigo más severo” contra los adolescentes, es decir, la pena de muerte.
Los cinco individuos, según el ESOHR, son: Ahmad Abdel al-Wahid al-Faraj, Ali Muhamad al-Biti, Muhamad Husein al-Nimr, Ali Hasan al-Faraj y Muhamad Essam al-Faraj.
Los jóvenes han estado en prisión en espera de juicio durante más de dos años, y algunos de ellos recluidos en confinamiento solitario, a otros se les ha negado representación legal.
La provincia Oriental es escenario de manifestaciones pacíficas desde febrero de 2011. Los manifestantes exigen reformas, libertad de expresión, la liberación de los presos políticos y el fin de la discriminación económica y religiosa contra esa región petrolera.
A principios de diciembre de 2019, Arabia Saudí también sentenció a la pena capital a cinco disidentes chiíes de la provincia Oriental. Los activistas han calificado de “injustas” las condenas contra los detenidos y piden a las organizaciones de derechos humanos que presionen a Riad para que los liberen.
Diferentes organizaciones y oenegés, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW), han denunciado el aumento de la represión en Arabia Saudí, el arresto y la encarcelación de activistas, a los que el régimen de Riad somete a brutales torturas, incluidos abusos sexuales.
Ante una situación tan extrema, diferentes grupos pro derechos humanos han exigido a Arabia Saudí que permita a investigadores independientes supervisar las cárceles saudíes y reunirse con los detenidos, pero los Al Saud no lo han permitido.