“Ayer (lunes) en la noche recibimos la infausta noticia de un atentado, un ataque, de grupos mafiosos en Tumeremo (en el estado de Bolívar en el este de Venezuela) contra un teniente coronel de nuestro Ejército y contra un sargento (…) fue acribillado a balazos por una banda de asesinos que más temprano que tarde conseguiremos (encontraremos)”, expresó Maduro durante unas declaraciones transmitidas el martes por la televisión venezolana.
El mandatario del país bolivariano, de este modo, aseguró que los responsables del ataque contra el comandante del Fuerte Tarabay, Ernesto Solís y el sargento Gustavo Flores, son conspiradores vinculados con el “guaidosismo” (se refiere así al opositor venezolano Juan Guaidó) que pretenden asesinar a los miembros de las Fuerzas Armadas del país.
Grupos terroristas asociados a facciones radicales de la oposición, según las palabras de Maduro, “se encuentran detrás de recientes sabotajes contra instalaciones del Consejo Nacional Electoral y de la estatal Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (Cantv) en los estados de Miranda y Carabobo”.
En este contexto, el mandatario venezolano anunció que ha ordenado aumentar el patrullaje policial, militar y de la Milicia Nacional Bolivariana en todas partes del país caribeño.
“He ordenado (…) máximas medidas de protección, patrullaje, inteligencia y seguridad de todas las unidades y jefes militares del país”, dijo al respecto.
Las declaraciones de Maduro se produjeron mientras el lunes el ministro venezolano de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, dijo que Venezuela ha descubierto el plan desestabilizador de Colombia e EE.UU. y sus intentos de ingresar paramilitares al país para sembrar violencia, por lo que decretaba el toque de queda en los municipios fronterizos.
También por otro lado, los informes indicaron la misma jornada del martes que Venezuela ha enviado más de dos mil militares a la frontera con Colombia para garantizar la seguridad de la zona.
Maduro al respecto subrayó que tal medida tiene dos objetivos: unos es luchar contra la amenaza que proviene del país vecino, es decir, los grupos mercenarios y las bandas paramilitares, y el otro es luchar contra la pandemia del nuevo coronavirus (COVID-19).
Las relaciones entre Bogotá y Caracas se han deteriorado de manera considerable en los últimos años después de que Colombia secundara a EE.UU. en su decisión de reconocer al líder opositor Guaidó, quien se autoproclamó en enero de 2019 “presidente interino” venezolano.
