La Juventud Comunista de México y el Partido de los Comunistas en Zacatecas respondemos al llamado que el día de ayer la Red Mexicana de Afectados por la Minería hace con respecto a las agresiones y hostigamiento en contra de Don Roberto, principal referente de la lucha por la defensa de la comunidad de Salaverna, la cual se encuentra en el municipio de Mazapil, la que se ha visto afectada al encontrarse encima de un yacimiento minero, que quiere ser explotada por una compañía minera filian de Grupo Frisco, cuyo dueño es Carlos Slim.
Sabemos que aunque la justicia y las mismas leyes están del lado de Don Roberto, y la muy golpeada comunidad de Salaverna, los intereses las tuercen e incluso las utilizan contra ellos. Guardias armados, policías, protección civil, abogados, una enorme fortuna producto de la explotación y el despojo, todo eso está al servicio del hombre más rico de México, cuando un burgués quiere algo lo compra, claro que no significa que pague el precio que fije el dueño, tampoco respeta si el dueño decide no vender, en una transacción justa quien posea en este caso las tierras podría fijar el precio que le plazca, sin embargo el juego no funciona así, haciendo uso de todas sus ventajas, el burgués puede presionar por muchos lados, hasta lograr que la gente venda sus tierras y salga de ellas.
En muchos casos tan solo mantener el asunto atorado en los tribunales es suficiente para por los hechos consumar el despojo. Ante el clima de asesinatos impunes que aún vive México extornamos nuestra preocupación por la seguridad de Don Roberto, pues así como lo da a conocer la nota, sabemos que el capital es capaz de borrar no solo a una persona, sino a poblados enteros, y el contexto actual es más que propicio para que algo así suceda.
Parafraseando Arturo Gámiz “las maldades de los ricos hacen palidecer a los malos de las películas de vaqueros” pero no se trata de una película, esto sucedió ayer en nuestro Estado, no dejemos solo a Don Roberto ni a lo que queda de Salaverna. Hacemos un llamado a defender la vida, el territorio y a todas aquellas personas que día a día luchan contra el olvido.
¡Sólo en el socialismo… Otro mundo es posible!
