Una parte de la sociedad ucraniana no está preocupada por los problemas de supervivencia en medio del colapso de la vida económica y social causado por la pandemia, sino que se preocupan por la guerra interna entre los fascistas locales. Nos referimos al hecho de que el líder del Corpus Nacional, Andriy Biletsky y sus socios han agredido a dos de sus excompañeros de armas: Nazari Kravchenko y Sergey Filimonov.
Kravchenko escribió en las redes sociales: “Ayer por la noche, Sergey Filimonov y yo fuimos invitados a una conversación con Andriy Biletsky. Pero resulta que lo que había planeado no era una conversación, porque durante la mitad de la noche nos intentaron persuadir de que no apoyemos a Serhiy Sternenko. Los principales argumentos fueron golpes en la cabeza e interrogatorio. Agradezco a los compañeros de armas por su tiempo y su inspiración en el intento de hacernos cambiar de opinión, pero quiero decir que sigo apoyando a Serhiy. No se abandona a los nuestros”.
¿Quiénes son Filimonov y Kravchenko? El famoso periodista Anatoly Sharii les describe así: “¿Quiénes son Kravchenko y Filimonov? Antiguos ultras que se hicieron miembros del Corpus Nacional y, de repente, desertaron al bando de Poroshenko. Y lo hicieron justo antes de las elecciones. Comenzaron a realizar pequeñas tareas para el equipo de Petya [Poroshenko] y después desaparecieron completamente. Y también empezaron a apoyar activamente al asesino Sternenko”.
Recordemos quién es Serhiy Sternenko. Justo antes de Maidan, era un poco destacado adolescente de la zona rural, fascinado por el rap y las drogas. Fue detenido por primera vez en una operación contra el tráfico de drogas en 2013. Según el procedimiento criminal Número 1201716000000092 del 14 de diciembre de 2017, Serhiy Sternenko es sospechoso de varios episodios de venta de drogas por internet, actividad en la que, según los investigadores, comenzó a participar en 2013.
En cuanto comenzó Maidan, Sternenko, que entonces tenía 18 años, dejó el rap y los estudios (pero aparentemente no la droga) y se marchó a las barricadas, uniéndose a la organización extremista Praviy Sektor. Tras el triunfo de la “revolución de la dignidad, regresó a Odessa para establecer el poder nacional y propuso a sus superiores instaurar una célula regional del Praviy Sektor, de la que, el 22 de marzo de 2014, se convirtió en líder.
Las actividades de este líder “herido en las barricadas” en el puesto fueron de naturaleza francamente criminal, sin contenido ideológico real alguno. Sternenko, junto a sus asociados, se dedicó a proteger a los traficantes que vendían drogas y alcohol ilegal, así como la prostitución callejera.
Pero eso no era suficiente para el joven revolucionario. Así que pasó a “tomar prestados” coches y secuestrar rehenes. Pero salió impune. Las víctimas de sus actos eran persuadidas por la propia policía de retirar los cargos para evitar un “escándalo político”.
En 2015, Sternenko perdió toda vergüenza y secuestró en la región de Kominternovo de Odessa al concejal Sergey Serbisch (también pro-Maidan), le torturó, le exigió que dimitiera de su puesto y que este pasara a uno de sus asociados. Pero incluso entonces, Sternenko, acusado de secuestro y torturas, fue puesto en libertad bajo fianza de unas 60.000 grivnas [unos 2200 dólares].
Los problemas para el radical comenzaron en 2017, cuando, acompañado de otros asociados, participó en un acto con implicaciones políticas. Nos referimos al enfrentamiento que con la policía en el Teatro de Verano en el centro de Odessa, donde varios policías resultaron heridos. Es más, el jefe de policía de Odessa, Dmitry Golovin, fue golpeado con una piedra en la cabeza.
El enfurecido jefe de policía de Odessa ordenó encerrar al organizador de los disturbios, Serhiy Sternenko, en la peor celda del centro de detención de Odessa, donde el joven banderista fue brutalmente interrogado durante tres días antes de que el entonces gobernador, Maxis Stepanov, pagara la fianza.
Pero Golovin no calculó bien y su intento de borrar a “la basura radical del mundo del crimen y la vida política de la perla del mar Negro” no funcionó. Según los conceptos patriotas, “no hay nada que reprochar por ser buen hombre” y Sternenko siguió, como si no hubiera pasado nada, su carrera política y liderazgo en el Praviy Sektor local.
Sin embargo, algo le volvió a fallar. La pasión de Sternenko por las drogas y los problemas que había generado empezaron a irritar a la organización y el 5 de febrero de 2017 dimitió de su puesto de líder de la célula de Odessa. Para continuar con la vida del patriota libre y activista político, Sternenko fundó la organización “No indiferentes”, que fracasó completamente.
La fama y el reconocimiento público le llegaron al cometer un asesinato. El 24 de mayo de 2018, Sternenko apuñaló a un hombre con el que había tenido una discusión. La víctima fue el residente de Chernomorsk Ivan Kuznetsov, padre de tres hijos. Mientras Kuznetsov agonizaba, Sternenko y su novia retransmitieron en directo el vídeo con su teléfono móvil. Hay que destacar que todo el público nacionalista salió en defensa de Sternenko y vieron el incidente como una “provocación contra un patriota” (pese a que Kuznetsov también había participado en la operación antiterrorista).
Sternenko escribió posteriormente en Facebook: “Agradezco a los diputados Igor Lutsenko, Andriy Denisenko, Volodymyr Parasiuk, Andriy Biletsky, Egor Sobolev, Andriy Ilenko, Mustafa Nayyem, Igor Guz, Yury Bereza, Oxana Korchinskaya y otros muchos por su apoyo y llamamiento a la Fiscalía General sobre la necesidad de transferir la investigación a un cuerpo independiente fuera de Odessa, donde hace tiempo que hay conflicto de intereses conmigo por parte de los directores de las agencias de la ley”.
A consecuencia de ello, Sternenko sigue libre a día de hoy. Pero, ¿cuál es el origen de su conflicto con Biletsky? Hay que decir que el líder de Azov ha estado utilizando cada oportunidad a su disposición para humillar e insultar públicamente a su correligionario. El canal de Telegram “Legitimny” da una versión: “Nuestra fuente insiste en que los nacionalistas y exmiembros del Corpus Nacional Kravchenko y Filimonov fueron al ataque a Biletsky y le exigieron defender a Sternenko. Acusaban a Biletsky de haberse equivocado y le exigieron que se retractara o las cosas se pondrían “feas”. Entonces Biletsky puso las cosas “feas” allí mismo. La historia de que Biletsky supuestamente agredió a los nacionalistas Kravchenko y Filimonov es indicativa de que hay una lucha por la redistribución del poder y por buscar un líder-héroe en el movimiento radical. Los socios occidentales apuestan por Sternenko, pero Biletsky es contrario a promocionar a quien le mandan”. Sin duda, hay algo que suena a cierto en esta versión. Pero además de los socios occidentales, es evidente que hace tiempo que Sternenko tiene protección del SBU, lo que explica que sea aparentemente intocable.
En Odessa, los radicales y el propio Sternenko están supervisados por el oficial del SBU Denis Kaschey, designado por las autoridades inmediatamente después de la derrota de Poroshenko. Kaschey era el oficial encargado del departamento “T” del SBU en la región de Odessa, cuyo trabajo es prevenir el terrorismo y controlar a las figuras de la oposición. Pero el patrón principal de Sternenko era el teniente general del SBU Pavel Demishchin, que en tiempos de Poroshenko fue subdirector del SBU y director del departamento que lucha contra la corrupción y el crimen organizado.
Después de dejar el Praviy Sektor, Sternenko se convirtió en enlace entre los radicales de Odessa y el SBU, aunque gran parte de su presupuesto se invirtió en pagar su alquiler, salario y gastos de viaje para que los radicales se trasladaran para participar en sus acciones de intimidación. Los nacionalistas más activos recibieron financiación a través de la organización caritativa de Saakashvili “A beneficio de Odessa” y Sternenko consiguió así un coche. Incluso después del cambio de gobierno, Sternenko no perdió sus apoyos y ahora el SBU trata de hacerle el führer para sustituir a Biletsky.
Y la triste historia que le ocurrió a Sternenko en la prisión de Odessa no es un impedimento en absoluto. Al contrario. Al fin y al cabo, lo mismo le ocurrió al “fundador” Stepan Bandera en una prisión polaca. No hay ningún problema por la actividad criminal, aunque haya muchos casos sin resolver. Es una forma perfecta de garantizar que Sternenko no va a ir por libre a sabiendas que puede perder el apoyo del SBU y acabar tirado en el suelo.
La rivalidad entre el SBU y el Ministerio del Interior es conocida desde hace tiempo. Pero hay otra cosa más interesante: ¿cómo van a hacer un líder de una figura tan insignificante? La forma en que se hizo a Biletsky, ahora oponente de Sternenko y de la misma calaña criminal, el “líder blanco” deja claro que las posibilidades de la tecnología de la propaganda son casi ilimitadas.
Son los “patriotas” que Ucrania se merece. Está bastante claro que hace tiempo que las bandas neonazis, sea quien sea quien las dirija, serán supervisadas por el SBU y el Ministerio del Interior y que el país no se ha desnazificado, así que el fenómeno de las organizaciones neonazis legalizadas e integradas en las estructuras del Estado seguirá siendo un tema recurrente en la política ucraniana. Las esperanzas de aquellos que pensaban que Zelensky iba a acabar con estas prácticas que crecieron en tiempos de Poroshenko obviamente no se han cumplido. Es más, el “nuevo Vlad” ha hecho todo lo posible por garantizar que estos grupos a sueldo del SBU y del Ministerio del Interior estén completamente satisfechos, una muestra más de que no hay diferencias fundamentales entre Zelensky y Poroshenko, de la misma forma que no hay diferencias fundamentales entre Biletsky y Sternenko.
