Un disco de polvo y gas visible alrededor de una estrella que los astrónomos han seguido de cerca durante mucho tiempo parece ser que está generando un planeta gigante. A esta conclusión ha llegado un grupo de investigadores europeos al estudiar una serie de imágenes recabadas por los telescopios VLT del observatorio Paranal, en Chile, según publicó este miércoles la revista Astronomy & Astrophysics.
El equipo vio el naciente cuerpo celeste en uno de los brazos espirales que giran alrededor de la estrella AB Aurigae (de la constelación de Auriga), precisa el artículo. Este disco protoplanetario se encuentra a unos 520 años luz de nosotros y alberga “muchas estructuras aún por comprender”, pero entre ellas destaca un elemento en forma de “giro” separado del astro por aproximadamente 30 unidades astronómicas.
AB Aurigae pesa unas 2,4 veces más que el Sol y es mucho más brillante que nuestro astro, y está situada respecto al nuevo objeto a la misma distancia que Neptuno del Sol. El supuesto exoplaneta en formación se estaría alimentando del polvo y el gas que abundan en la espiral. A medida que crece su masa, emite ondas gravitacionales cada vez más fuertes que alteran la trayectoria de ese material en su entorno, y ese es precisamente el proceso que dicen haber percibido los astrónomos.
“Hasta ahora se han identificado miles de exoplanetas, pero poco se sabe de cómo se forman”, afirmó el astrónomo Anthony Boccaletti, que dirigió este estudio desde el Observatorio de París (Francia), según recoge la web del Observatorio Europeo Austral (ESO). “Necesitamos observar sistemas muy jóvenes para poder captar el momento en que se forman los planetas”, añadió.
Solo en los últimos años ha sido posible obtener un panorama lo bastante nítido como para marcar el lugar exacto donde puede nacer un exoplaneta, ya que hasta ahora se carecía de los instrumentos necesarios. Las imágenes tomadas por el ESO con la herramienta Sphere en 2019 y a principios de este año son las más profundas de ese disco protoplanetario obtenidas hasta la fecha. Permiten apreciar en dinámica la desviación del material circundante hacia el nuevo centro de masa, aunque el planeta como tal sigue sin poder verla.
Futuras observaciones de ese sistema estelar permitirán descubrir más detalles sobre el supuesto planeta recién nacido, así como medir eventualmente su masa o su órbita exacta. Con los telescopios cada vez más avanzados los científicos esperan poder analizar también ese espiral de polvo y gas para conocer su composición y cómo influye en la formación del planeta.