Según la SEP, en México el 30% de la población (37,766,217) se encuentran cursando algún nivel educativo ya sea público o privado en sus modalidades escolarizado y no escolarizado, 4,561,797 se estudian una licenciatura, la población total que corresponde a este nivel es de aproximadamente 9.8 millones pero únicamente el 46% puede hacerlo, de los más de 4.5 millones que si estudian el 65% lo hacen en una escuela pública y 35% en una privada, del total que del sector público el 92%(2,710,456) corresponde es escolarizada y el 8% (243,766) no escolarizada, en el sector privado el 72% (1,154,947) y 28% (452,623) correspondientemente. Del total de estudiantes de licenciatura 85% lo hacen en modo escolarizado y 15% en no escolarizado.
Las instituciones del sector privado son las que más apuestan y se esfuerzan por desarrollar este sistema ya que pueden generar personal calificado con el objetivo de instruir obreros que den solución a problemas específicos del sector privado, careciendo así de formación enfocada en el desarrollo económico, científico y tecnológico del país que beneficie principalmente al proletariado.
Del total de programas de estudio impartidos en modalidad no escolarizada en su mayoría son enfocados en las ciencias económicas y administrativas, en el área de las ingenierías la oferta corresponde apenas a un 10.80%, debido a la complejidad de la formación de un ingeniero, donde es necesario llevar una formación armónica entre teoría y la práctica, situación poco posible en la modalidad a distancia, así el enfoque de la poca oferta que hay se enfoca en personas activas laboralmente, siendo personas de 25 años en adelante quienes más optan por esta opción.
Con las medidas tomadas mecánicamente por el gobierno tanto en materia laboral como educativa, es claro que quien gobierna son los empresarios, la Cuarta Transformación asegura con sus actos la continuidad del régimen de MANO DE OBRA CALIFICADA EXPLOTACIÓN GARANTIZADA, ha cediendo al consorcio ANUIES el cómo y cuando se daría continuidad y fin al ciclo escolar, no ha echado para atrás el vínculo UNIVERSIDAD-EMPRESA, ESTUDIANTE-MERCANCÍA, puesto que las corporaciones las que orientan, diseñan los planes y programas de estudio de los Institutos de Educación Superior. Ha cedido a la voluntad de los empresarios americanos y mexicanos para en plena contingencia por el Covid-19 reaperturar las fábricas no esenciales.
La burguesía le apuesta a los estudiantes, su ejército de reserva, próximos obreros cualificados, ya que el desarrollo tecnológico, el ingreso de automatizamos en los procesos industriales, que los hace más complejos, ha vuelto al obrero sin estudios mano de obra complementaria, aumentando el nivel de desempleo. Lo que produce una imperante necesidad elevar el nivel de estudios de la clase trabajadora, siendo los obreros con conocimientos técnicos e ingenieros los que se vuelven de vital importancia en los procesos productivos de los bienes materiales necesarios para la vida, el perfeccionamiento de los instrumentos de producción; solo armonizando la teoría como una guía para la acción lograremos que la técnica sirva al pueblo trabajador y no se sirvan de la técnica para perpetuar el régimen de explotación y acumulación de lo socialmente producido.