Lo anunciamos antes, lo repetimos ahora y no nos cansaremos en el futuro: la policía de Minneápolis está utilizando el rastrero de contactos inaugurado con el pretexto del coronavirus para perseguir las redes que organizan las manifestaciones de protesta contra el racismo.
Según el Comisionado de Seguridad Pública de Minnesota, John Harringon, la policía ha estado utilizando el rastreo de contactos para reconstruir la filiación de los manifestantes.
De ahí la policía ha concluido que gran parte de la actividad de protesta está siendo alimentada por personas de fuera de la ciudad que van a ella a manifestarse y así lo repitió el gobernador del Estado, Tim Walz, a los periodistas: hasta un 80 por ciento de los manifestantes son de fuera de Minnesota.
Sea cierto o no, cada vez más personas se están dando cuenta de la instrumentalización política y represiva del coronavirus que, cada vez con más claridad, toma el aspecto de un ensayo general antiinsurgente.
La preocupación por el derecho a la intimidad pasa a un primer plano y el rastreo de contactos no aparece como una herramienta para luchar contra ninguna pandemia, sino que es represión política pura y simple.
El rastreo de contactos informa a cualquiera detalles sobre las personas, con quién han estado y a dónde han ido durante un determinado período de tiempo. El coronavirus vuelve a ser un pretexto con múltiples usos políticos.
Sin embargo, un análisis de la CNN de los datos de la oficina del “sheriff” del condado de Hennepin ha concluido de manera diferente al gobernador: más del 80 por ciento de las personas encarceladas en Minneapolis por disturbios y otros cargos potencialmente relacionados con las manifestaciones de los últimos dos días son de Minnesota.
https://bgr.com/2020/05/30/minnesota-protest-contact-tracing-used-to-track-demonstrators/