Vulnerando el toque de queda, el sábado se celebró una manifestación en Metz, Francia, que reunió a unas 800 personas contra el racismo, la violencia policial y en homenaje a George Floyd.
Durante la marcha la policía detuvo a unos 15 manifestantes y, al final, se produjeron enfrentamientos y la sede de los juzgados fue asaltada. Los manifestantes quemaron la puerta principal y rompieron las ventanas de la oficina de admisión.
Entre diez y quince manifestantes entraron en el edificio por la puerta de acceso peatonal. En el interior del edificio se encontraba Christian Mercuri, un juez que había acudido al lugar para hacer un balance de la situación.
Los manifestantes le alcanzaron con un piedra en la cara, lo que le causó una herida y tuvo que ser ingresado en un hospital.
Al mismo tiempo, fuera de la sede judicial se produjo un enfrentamiento con los gendarmes que llegaron a disolver a los manifestantes.
“Sacudiendo la puerta principal del juzgado, los manifestantes consiguieron forzar la puerta peatonal”, dijo el juez a una cadena de televisión desde el hospital.
El magistrado sólo resultó levemente herido, pero “los hechos podrían haber sido más graves”, dijo Xavier Tarabeux, el Fiscal General del Estado, quien añadió: “Deploro que una manifestación no autorizada, pero que pretendía ser pacífica, provocara que resultara herido” el juez.
A ninguno de los detenidos les acusan de la agresión. La policía ha abierto una investigación para capturar a los autores del asalto.
La policía confía en que las grabaciones de vigilancia de la sede judicial les permitan identificar al autor del lanzamiento de la piedra.
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