El Centro de Información Palestino (PIC, por sus siglas en inglés) informó el lunes, citando a fuentes locales, de que las fuerzas israelíes secuestraron esa misma jornada a 29 palestinos, incluida una mujer, en sus nuevas incursiones en viviendas de palestinos en Cisjordania y Al-Quds.
Entre los secuestrados, figura la esposa del preso palestino Muad al-Ashhab, que fue llevada por la fuerza de su casa en el barrio de Wadi Al-Joz, en el este de la ciudad de Al-Quds, y las fuerzas de ocupación israelíes confiscaron su coche.
Los israelíes, asimismo, detuvieron a Amjad Abu Asab, presidente de la Asociación de Familiares de Presos de Al-Quds.
Ese nuevo desarrollo se produce en un momento de crecientes tensiones entre israelíes y palestinos a raíz de la intención del primer ministro Benjamín Netanyahu de anexionarse partes de Cisjordania.
Efectivamente, las tiranteces ya agudas entre las dos partes se han intensificado por los planes expansionistas del régimen de Israel que cuenta con el pleno respaldo de Estados Unidos, país que en 2017 llegó a reconocer Al-Quds como la “capital” del régimen de Israel y ya ha expresado su respaldo a la anexión de Cisjordania.
Entretanto, el régimen de Tel Aviv ha intensificado las incursiones, la detención de palestinos y demolición de sus casas.
Ante todo, la Corte Penal Internacional (CPI) anunció en diciembre de 2019 que abrirá una investigación sobre los crímenes israelíes en los territorios palestinos y en abril pasado, dijo que el régimen de Tel Aviv podría ser procesado por ello.
Indignadas por la conducta agresiva israelí, las autoridades palestinas han alzado la voz para pedir un boicot internacional contra Israel.
