“No hay evidencias convincentes en el informe sobre la supuesta participación de Irán en el ataque a las instalaciones petroleras saudíes”, ha asegurado este miércoles la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajarova, en una rueda de prensa en Moscú (la capital).
El secretario general de la ONU, António Guterres, en un informe entregado el jueves al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), arguyó que los misiles de crucero y los aviones no tripulados utilizados por los combatientes yemeníes en los ataques contra la petrolera saudí Aramco, en septiembre de 2019, eran de “origen iraní”.
La vocera de la Cancillería rusa, no obstante, ha rechazado las observaciones del citado reporte y ha reiterado que la Secretaría del organismo carece de capacidad para llevar adelante este tipo de investigaciones.
El informe de la ONU llega justo en momentos en los que el Gobierno estadounidense trama la preparación de un proyecto de resolución en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU), destinado a prorrogar las sanciones y restricciones de armas a Irán.
Zajarova también ha repudiado un acto similar de los países europeos para instrumentalizar unos “informes infundados” a fin de activar el “mecanismo de resolución de disputas” en el acuerdo nuclear iraní—de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés)—.
El pasado 14 de enero, Francia, el Reino Unido y Alemania, los tres países europeos firmantes del pacto nuclear, anunciaron la activación formal del mecanismo de resolución de disputas, tras acusar a Irán de haber violado el convenio, lo que podría derivar en la reimposición de las sanciones antiraníes del CSNU, levantadas en virtud del PIAC.
Las autoridades persas han denunciado en reiteradas ocasiones las conspiraciones de los países occidentales, especialmente EE.UU., de usar los entes internacionales como una herramienta para presionar a Irán.
