Conforme anunció el viernes el portal Al-Masdar News, al menos 50 camiones estadounidenses, acompañados por siete vehículos blindados, han entrado en Siria, procedentes de Irak, a través de uno de los cruces fronterizos entre ambos países.
El convoy militar, al ingresar a suelo sirio, se dirigió hacia la ciudad de Al-Shadadi, en el sur de la provincia nororiental de Al-Hasaka, donde EE.UU. ocupa una base aérea, agregó la citada fuente.
Por su parte, la agencia oficial siria de noticias, SANA, informó la misma jornada del viernes del envío por las fuerzas estadounidenses de otro material bélico y logístico a su base ilegal en Tal Baydar, en el norte de Al-Hasaka.
Esa acción tiene por meta reforzar la presencia ilegal de las tropas estadounidenses y apoyar a las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), milicia kurdo-árabe, añadió, citando a activistas locales, que hablaron bajo condición de anonimato.
Además, prosigue, los milicianos kurdos han recibido 23 vehículos y uniformes militares equipados con dispositivos de telecomunicación inalámbrica.
EE.UU. despliega cada vez más refuerzos militares en el noreste de Siria pese a que el Gobierno de Damasco, presidido por Bashar al-Asad, ha exigido en reiteradas ocasiones la retirada de las fuerzas ocupantes estadounidenses del suelo sirio, acusándoles de saquear flagrantemente el petróleo del país árabe.
En esta misma línea, la empresa petrolera estadounidense Delta Crescent Energy LLC ha firmado recientemente un contrato con las llamadas FDS para saquear el petróleo de Siria con el aval del Gobierno de EE.UU.
En reacción, el Gobierno sirio condenó en duros términos el pacto “nulo” entre EE.UU. y los milicianos kurdos, aseverando que tales actos despreciables reflejan el enfoque de estos mercenarios, que han aceptado “ser un títere barato en manos de Washington”.