
Las protestas fueron provocadas por la decisión que tomó el mes pasado el Tribunal Supremo Electoral de retrasar las elecciones generales por segunda vez este año, con el pretexto del coronavirus. Se suponía que se llevarían a cabo el 6 de septiembre, pero ahora se han pospuesto para octubre.
Los opositores al gobierno en la clase trabajadora y las zonas rurales de Bolivia han acusado a la presidenta golpista, Jeanine Añez, de utilizar las demoras para salvar una campaña electoral que naufraga y redoblar la persecución a los opositores.
Los manifestantes han pedido al tribunal electoral que restablezca la fecha anterior de la elección o, al menos, garantice que no habrá más demoras.
Morales, el primer presidente indígena de Bolivia, fue derrocado en noviembre después de un Golpe de Estado.
Exiliado en Argentina, Morales sigue demostrando que cuenta con la lealtad de muchos miembros de la mayoría indígena de Bolivia, quienes lo ven como un dirigente que les dio voz política por primera vez en los casi 200 años de historia independiente de la nación.
Luis Arce, el candidato presidencial del partido de Evo Morales, encabeza las encuestas. Esto ha suscitado temores entre los golpistas de que regrese al poder después de octubre.
América Latina está sumida en la recesión más profunda en, al menos, un siglo, según la ONU.
Al igual que decenas de otros militantes, funcionarios y periodistas antigubernamentales, Marca fue recientemente detenido y acusado por la policía de violar el orden público. No ha comparecido ante el juzgado y permanece bajo arresto domiciliario casi cuatro meses después de su detención.
El bloqueo ha suscitado el temor de que haya escasez de alimentos y gasolina, lo que ha empujado a multitudes de habitantes en La Paz a las calles para hacer fila frente a los mercados y las gasolineras.
El jueves el gobierno boliviano anunció que rompería los bloqueos a la fuerza si no podía llegar a un acuerdo con los organizadores. La amenaza revivió los temores de un regreso a la violencia política del año pasado, cuando dos decenas de partidarios de Evo Morales murieron durante los enfrentamientos con la policía.
En plena pandemia el gobierno critica los bloqueos porque suponen una amenaza a la salud pública. Los organizadores de la protesta dicen que están permitiendo que el personal sanitario y el combustible pasaran a través de los bloqueos, mientras las fuentes oficiales les responsabilizan de los fallecimientos en los hospitales por falta de suministros.
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