El Ejército ruso atacó el domingo masivamente por aire los puestos de terroristas del Frente Al-Nusra (autodenominado Frente Fath Al-Sham) en Idlib, en respuesta a las agresiones de las bandas extremistas contra convoyes rusos, registradas la semana pasada en esa provincia noroccidental y sus ciudades adyacentes.
Las tensiones han vuelto a escalar en Idlib debido a las violaciones del alto el fuego por parte de los grupos terroristas —apoyados por Ankara—, que han intensificado sus ataques contra los puntos bajo el control de las fuerzas sirias y sus aliados y han acabado con la vida de decenas de soldados y civiles sirios. Tales asaltos violan, de hecho, la tregua pactada entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, en marzo.
Ante tal escenario, el Ejército sirio, apoyado por Rusia, ha desplegado una importante cantidad de refuerzos militares en Idlib, preparándose para lanzar una ofensiva a gran escala que erradique, de una vez por todas, el terrorismo en la mencionada provincia.
