El Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP) se ha pronunciado este martes 29 de diciembre, en el peor momento de la pandemia, pero no para hablar de cómo aliviar el sufrimiento de un pueblo, sino para insistir que sus cajas registradoras no suenan tanto como antes. No les basta con que el país se enrumbe hacia los 4 mil muertos y al cuarto de millón de contagios, ni que los hospitales y morgues estén repletos.
Todos hemos sido testigos de las ofensas constantes y del desprecio de esta clase empresarial hacia los humildes y trabajadores, revelando así en pandemia su verdadero rostro. Recordemos las palabras del presidente del CONEP, Julio de La Lastra: “De nada le va a servir al país tener una población 100% sana, si se va a tener un país en bancarrota”. Esa es su filosofía.
Tampoco les basta la serie de decretos, resoluciones y leyes que el Gobierno aprobó para complacer a esta cúpula empresarial y que han sido objeto de recursos ante la Corte Suprema de Justicia por parte de nuestra Confederación:
- La ley 157 (reformas al Código de Trabajo)
- Decreto 101 de reducción de jornada laboral y por, ende, de salarios.
- Decreto 81 de suspensión de los contratos de trabajo
- Decreto Ejecutivo que reglamenta el Teletrabajo en Panamá
- Ley que modifica el Programa de Vales Alimenticios para trabajadores
A ello se suma, entre otros, el ahora interrumpido Decreto 229 que permitía la prolongación de los contratos suspendidos condenando a casi 200 mil trabajadores y a sus familias a seguir dependiendo de un bono de 100 balboas.
Pero ahora se sustituye por un decreto más nefasto y pro empresarial, el 231, que permitirá “re-suspender” los contratos de trabajo (en palabras de funcionarios del Mitradel) y concede a los empresarios la oportunidad de enviar otra vez a los trabajadores, sin un centavo, para sus casa a enfrentar la cuarentena, como ocurrió ilegalmente en marzo pasado. Este nuevo decreto extiende ahora el período de suspensión hasta el 31 de enero, niega los salarios y da mayores ventajas a los empresarios (en tiempo y requisitos) para suspender los contratos. Esta última quincena de diciembre será la última para muchos trabajadores. Los empresarios buscarán rendirlos de hambre imponiendo despidos y mutuos acuerdos miserables, estableciendo nuevas relaciones de trabajo de mayor explotación y, en el mejor de los casos, los trabajadores a los que ahora volverán a suspendérsele sus contratos cobrarán si acaso hasta mediados de febrero. Estamos ante un Ministerio de Trabajo de la CONEP.
El CONEP pretendió guardar distancia de la imposición del decreto 229, pero ahora con este Decreto 231 qué dirá, cuando el país sabe que todos los lunes sus directivos se reúnen bilateralmente con el Gobierno para gobernar y tomar decisiones en perjuicio de los trabajadores, como lo confesó Juan Carlos Barreiro, representante de MEDCOM, cuando dijo que se iba a cerrar pero que primero permitirían a los negocios “recoger” en Navidad y Año Nuevo. A propósito, la presencia de los representantes de los medios de comunicación en esas reuniones no tienen otro fin que vender esos acuerdos como necesarios y benévolos, censurar y cercar mediáticamente a los movimientos populares, para imponer un pensamiento único. Eso explica que se le haya permitido al representante del CONEP dar lectura de su comunicado en cadena nacional.
Esta crisis la vienen cargando el pueblo humilde, honesto y trabajador. En pandemia los ricos se vuelven más ricos y no sacrifican nada. ¿Cómo se explica los casi 9 mil millones más de depósitos en los primeros 9 meses del año, comparado con el mismo período del año pasado?
CONUSI demanda Cuarentena Sin Hambre, Cuarentena Con Salarios. Ello implica bono de 500 balboas mensuales para trabajadores con contratos suspendidos, desempleados, sector informal, jubilados de bajos ingresos; moratoria real incluidos los intereses, servicios públicos gratuitos, suspensión de los desalojos y secuestros y un impuesto especial para las grandes fortunas. De lo contrario, la cuarentena volverá a fracasar con consecuencias terribles para el futuro del país.
CONUSI, en defensa de los sagrados derechos y conquistas de los trabajadores panameños, exige la derogación del Decreto 231 y que se le paguen los salarios a los trabajadores durante el tiempo que dure el nuevo período de cuarentena y que no se vuelvan a suspender los contratos de trabajo.
Llamamos al pueblo a la movilización contra estas nefastas medidas porque las luchas sociales por una vida digna jamás estarán en cuarentena
Panamá, 30 de diciembre de 2020.
CONUSI
CONFEDERACIÓN NACIONAL DE UNIDAD SINDICAL INDEPENDIENTE