Hay una cosa que no acabo de entender: ¿Cómo lo hacen los partidos de izquierdas para defender la libertad de expresión a la vez que condenan y criminalizan las pintadas con mensaje político? Muy sencillo: ellos quieren libertad de expresión abstracta, es decir, un derecho formal que sólo pueda ser materializado por quien tiene efectivamente acceso al canal de expresión: a los grandes medios de comunicación, al sistema educativo, y a los aparatos ideológicos del estado. El populacho, el proletariado, si puede, que se haga oír, con los medios establecidos por los partidos políticos, donde no está invitado. Los ‘medios de la calle’, la política proletaria, las pintadas, los carteles, etc… están todos proscritos por esos políticos antiproletarios, “defensores de la libertad de expresión”… sí, de la burguesía y de sus lacayos.
Prohíben la propaganda con sus decretos municipales de urbanismo, utilizan los servicios de limpieza para eliminar toda propaganda contraria a sus intereses, controlan el derecho a movilización con sus tribunales, y ahora pretenden hacer pasar las pintadas políticas por atentados.
Esa es la sociedad que quieren, donde sólo los ricos y sus aparatos de poder político, mediático y cultural tienen acceso a lanzar mensajes y a poner contenido. Una sociedad de violencia generalizada que se blinde a sí misma con un gran sistema de destrucción de la verdad.
Que la libertad de expresión es un derecho, significa que la libertad de expresión debe tener garantizados los elementos materiales para realizarse. Pero ya sabemos que desde que existe la imprenta, la libertad de expresión es la libertad del dueño de la imprenta.
