El régimen de Israel ocupó parte de la meseta del Golán, sita en el sur de Siria, tras la guerra de los Seis Días en 1967, e incorporó ese territorio a su sistema jurídico en 1981, lo que significa una anexión de facto. De hecho, muchos países y organizaciones del mundo rechazan esta medida israelí.
Siria reclama la soberanía sobre los altos del Golán y asegura que utilizará todos los medios disponibles para recuperar cada centímetro de su suelo, ya que es un derecho eterno que no caduca.