Odessa celebró el aniversario de la tragedia de la Casa de los Sindicatos con una marcha solemne. Sí, fue celebrado con una marcha. Los radicales del Corpus Nacional marcharon por las calles de la ciudad. Fue un total de 400 personas con banderas azules y amarillas y rojas y negras [ahora utilizadas por el Praviy Sektor, históricamente utilizadas por grupos como OUN-UPA] y eslóganes que enaltecen a los “héroes del 2 de mayo”. Calificaron el evento como la “Marcha de los defensores de Odessa”. La historia fue publicada en el canal de Telegram Klymenko Time. El corresponsal entrevistó a los participantes en la marcha y a los ciudadanos que pasaban por allí. No puede sorprender que las opiniones difirieran.
Uno de los participantes brevemente explicó qué estaban celebrando. Afirmó: “el día de la liberación del separatismo”. Otro está convencido de que, aquel día de 2014, “los ucranianos conscientes mostraron que quieren vivir en un país democrático y europeo”. Otra participante en el acto, una mujer de mediana edad, intentó expresar su postura al periodista en ucraniano, pero a mitad de la idea, cambio al ruso: “el pueblo de Odessa se levantó para proteger a su ciudad del separatismo”, concluyó.
¿Concretamente, por qué celebró Odessa? Porque la marcha fue coordinada por las autoridades locales. ¿Cómo se puede entender esa decisión de una forma que no sea como la postura oficial del ayuntamiento?
Pero no, por supuesto que Odessa no lo celebró. Las banderas en la ciudad ondearon a media asta, la Casa de los Sindicatos amaneció rodeada de una valla para quienes quisieran llevar flores. Y hubo un mar de flores. Odessa no se ha rendido y no se ha puesto el uniforme fascista. Solo que un pequeño grupo de Nazis, de alguna forma, ha usurpado su voz.
Entonces, ¿por qué? ¿Por qué esa doble moral en la que, el mismo día, las banderas ondean a media asta en memoria de los muertos mientras se da permiso para que se manifiesten quienes causaron esta masacre?
En el mismo reportaje de Klymenko Time, los viandantes también expresaron su opinión sobre la marcha: “¿Había aquí algún separatista?”, preguntó al periodista una residente local. Y sin esperar respuesta, continuó: “Nacimos aquí, crecimos aquí, construimos algo aquí. ¿Quiénes de nosotros son separatistas?”
la ciudad no puede comprender de quién les liberaron los “patriotas” cuando quemaron a aquellas personas en la Casa de los Sindicatos.
Los comentarios bajo el vídeo también hablan por sí mismos:
“Esta no es mi Ucrania”.
“Un rebaño horrible”.
“Celebraciones en Ucrania. Qué triste y qué horror”.
“Qué abominación. Es terrible que esto esté pasando en mi país”.
Curiosamente, el alcalde de Odessa, Gennady Trujanov, se ha negado a cambiar el himno de la ciudad. Es la “Canción sobre Odessa”. El comisionado para la protección de la lengua estatal en Ucrania, Taras Kremin, sugirió que esta injusticia ha de ser corregida. En respuesta, el alcalde afirmó que es improbable que el ayuntamiento apoye las innovaciones. También requeriría audiencias públicas y los votos de dos tercios de los concejales. Además: “Nos gusta nuestro himno, todo le queda bien a Odessa”, confluyó el alcalde.
Inspirador y alarmante. Cuando dice que “todo le queda bien a Odessa”, espero que el alcalde comprenda que no todo está bien, aunque los habitantes de Odessa estén en silencio. Porque tienen miedo.
