Durante las celebraciones del Día de Kiev en el centro de la capital ucraniana se organizó un espectáculo militarista para los más jóvenes. Representantes de las organizaciones del Praviy Sektor (Sector Derecho) y Pravaya Molodezh (Juventud de Derecha) organizaron un improvisado campo de tiro en la bajada de Andreevsky, donde invitaban a los niños a disparar contra una imagen del Kremlin y “colorados” además de enseñarles cómo usar una ametralladora. Todo ello ocurrió bajo la aprobadora mirada de la policía y acompañado de agitación ideológica. Los nacionalistas inculcaron en los jóvenes de Ucrania el odio a numerosos enemigos. Y abiertamente amenazaron a la población de Kiev a la que no le gustaban los saludos nazis ni la pedagogía militarista.
“Recuerdo que en la bajada de Andreevsky solía haber un festival, puestos de arte. Toda la calle, y habitualmente también las áreas que la rodeaban, estaba ocupada por las pinturas de artistas de todo el país y no solo del país. Andreevsky estaba llena de gente. Era pequeño y me gustaba. Ahora, echando la vista atrás, me doy cuenta de que tenía el cerebro lavado por la escuela soviética. Es mucho mejor armas y desarmar una ametralladora y oler la grasa de un arma es mucho mejor que las flores. Puede que no sea olor a grasa sino la fragancia de la libertad y la dignidad”, comentó el bloguero Ilya Derevyanko al recordar su totalitaria infancia soviética.
Yo también viví en Podol y fui al colegio situado en la esquina de la bajada a Andreevsky. Jugábamos al fútbol en el lugar del campo de tiro nazi y los profesores habitualmente daban a los estudiantes lecciones de paz. Nos enseñaban que la guerra es mala, que trae sufrimiento, destrucción, muerte y dolor. Los niños soviéticos crecieron en el espíritu de la amistad de los pueblos, se les explicaba que no hay malas nacionalidades ni razas inferiores como había intentado presentar el fascismo. Hablaban de ello especialmente en las excursiones a Babi Yar o a los museos de Kiev, donde se podía ver en qué se traducía en la práctica el triunfo de esas ideas.
Pero claro, no a todos les funcionó: Yarosh o Tyahnibok también escucharon esas lecciones. El viejo sistema de educación nos advirtió desde la infancia del peligro nazi, pero en la Ucrania post-Maidan enseñan algo completamente diferente. Grupos de extrema derecha entrenan a adolescentes en campamentos paramilitares y lo hacen a costa del Estado, que invierte fondos públicos en ellos.
“Los campamentos de grupos de extrema derecha radical reciben financiación del Ministerio de Juventud y Deportes para apoyar la educación nacional-patriótica de la juventud”, informa Euronews. “Los nacionalistas han sido acusados de violencia y racismo, pero siguen manteniendo vínculos con el Gobierno. El Ministerio de Juventud y Deportes ha financiado con cuatro millones de grivnas para financiar algunos de los campamentos construidos por nacionalistas”, añadió The Washington Post. Es más, está claro por las informaciones que la cuestión sorprende a los periodistas extranjeros y a algunos políticos que llegan a Ucrania.
Los senadores franceses que recientemente han visitado Kiev han enviado una petición al ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, exigiendo un comentario sobre el campo de tiro en el centro de Kiev.
“Los partidos neonazis están cada vez más activos, incluso en el centro de Kiev, con campos de tiro, entrenamiento de montaje y desmontaje de rifles Kalashnikov y servicios de reclutamiento de jóvenes en milicias que explícitamente declaran ideologías neonazis. Documentos en nombre de soldados nazis que murieron durante la guerra, entre ellos miembros de los Sonderkommando, se distribuyen en el centro de Kiev. A estos actos se suma el entrenamiento de milicias supremacistas blancas que incitan a ataques por Europa en nombre del infame Regimiento Azov. Estos actos son extremadamente alarmantes y nos gustaría saber la postura del Ministerio de Asuntos Exteriores sobre esta cuestión y qué medidas pretende tomar para impedir la expansión de esta ideología asesina”, afirma el texto de los senadores franceses.
Existe una imagen de un campamento de juventud del Praviy Sektor en la que se puede ver a niños pequeños tumbados haciendo la forma de una swastika con sus cuerpos. La escandalosa imagen fue publicada el año pasado por el presidente del Comité Judío Ucraniano, Eduard Dolinsky. Después se conoció que el campamento para adolescentes está dirigido por Diana Vinogradova, condenada a prisión por complicidad en el asesinato racista de un ciudadano nigeriano y que se hizo conocida por sus famosos discursos antisemitas en el escenario de Euromaidan. Pero las autoridades no iniciaron una investigación a pesar de que se estaba haciendo propaganda nazi a los menores. Sin embargo, recientemente, la policía ha autorizado un registro de los dibujos de una escuela de Cherkassy, donde el 9 de mayo criminalmente dibujaron la Orden de la Gran Guerra Patria decorada con la prohibida hoz y martillo.
Pero no es solo la propaganda nazi lo que amenaza a la infancia ucraniana. La juventud del país de la victoriosa dignidad sufre a causa de toda una serie de problemas socioeconómicos directamente relacionados con el empobrecimiento de sus progenitores. Cada vez hay más víctimas de violencia sexual, sufren explotación laboral y participan activamente en actividades criminales.
Así se ha discutido esta semana en una reunión celebrada bajo la dirección de la Fiscal General, Irina Venediktova, a raíz del Día de la Infancia. Según los datos aportados en ella, en 2021, el número de crímenes de tráfico de drogas cometidos por menores ha aumentado un 30%. Es característico que hayan sido los adolescentes los que han sido castigados, y no los adultos para los que trabajan estos desafortunados niños. Porque los mafiosos pueden evitar fácilmente la corrupta justiciar a base de exponer a inexpertos e ingenuos niños a los golpes, destruyendo así su destino.
En los primeros cuatro meses del año, se han registrado 1284 causas penales relacionadas con menores en Ucrania por actividad en actividades criminales, asesinato premeditado, agresión y violencia sexual. El número de crímenes contra la libertad sexual y la integridad sexual ha aumentado un 21% este año. Más del 60% de los casos de violencia sexual son cometidos contra menores de 14 años.
Además, el país ha establecido una producción masiva de contenido de pornografía infantil, que se vende a consumidores extranjeros. “Según la organización independiente Internet Watch Foundation, Ucrania se encuentra en el top-3 de proveedores de pornografía infantil en el mundo. Es una vergüenza”, afirmó la Fiscal General Venediktova. El motivo de esta vergüenza es la difícil situación económica que atraviesan muchos ucranianos, que no tienen la oportunidad de ganarse la vida, algo de lo que se aprovechan los dueños de las agencias porno, que fácilmente pueden encontrar modelos ucranianas menores de edad.
La situación del trabajo infantil tampoco está bajo control del Estado, ya que esta ofensa generalmente es ignorada. Los empleadores explotan a adolescentes en muchos sectores, desde los almacenes de logística de Kiev y granjas de pollos en Járkov a las explotaciones de ámbar en Polesia. Es habitual que los menores sean contratados abiertamente, que publiquen sus currículos en webs de internet, pero eso solo es la punta del iceberg. Los hijos de familias pobres tienden a obtener trabajos sin publicidad.
“Hay pocos currículos de adolescentes, porque suelen buscar trabajo a través de amigos y trabajan ilegalmente. Puede ser en mercados, limpiando coches, repartiendo octavillas, en cafés semiilegales y demás”, explicó a robota.ua Tatiana Pashkina, experta en derechos humanos. Los derechos de los empleados menores de edad no están protegidos. Se les paga una miseria, se les obliga a trabajar horas irregulares de trabajo, no se cumplen las regulaciones de seguridad y en ocasiones se les engaña dejándoles sin salario. Porque estos fraudes no implican responsabilidad real por parte del Estado.
En esta desesperada situación, el número de suicidios de menores ha aumentado dramáticamente. “Los datos de niños y adolescentes son desalentadores. Según la Policía Nacional, en 2020 se registraron 137 suicidios de adolescentes. A finales de mayo de este año, 154 niños han intentado suicidarse. Por desgracia, 56 de ellos acabaron en muerte”, afirmó la defensora del pueblo Denisova.
Las autoridades ucranianas no protegen a la infancia, que representa el único futuro para un futuro mejor para el país. A nadie le interesa su destino y sorprende que Ucrania no haya descomunizado todavía el Día de la Infancia, ya que la decisión de celebrar esa fecha la tomó en 1949 la prosoviética Federación Democrática Internacional de Mujeres. Lo más probable es que los patriotas ucranianos no conozcan este detalle.
El Parlamento ha aprobado una resolución para honrar la memoria de los niños “que han muerto a consecuencia de la agresión armada de la Federación Rusa contra Ucrania”, mientras los bombardeos sistemáticos continúan en Donbass y los activistas de extrema derecha abiertamente preparan a la adolescencia para la yihad nacionalista.
La tragedia y la hipocresía de esta situación no se puede describir con una frase periodística. Me avergüenza lo que les está ocurriendo a los niños ucranianos, como la Fiscal General expresó abiertamente. Porque los adultos no les han dado una infancia feliz y la han sustituido por trabajo en talleres, trabajo sexual, tráfico de drogas y disparar con una ametralladora contra los colorados.
Al ver el nombre de este artículo pensé que era para relatar actividades orientadas a recuperar o resaltar la dignidad de Ucrania; no pensé que era para lo contrario, relatar lo que están haciendo lo nazis ucranianos.