Una fuente en la Cancillería siria ha tachado de “una violación flagrante de la soberanía nacional de Irak y Siria” los bombardeos estadounidenses ejecutados en la madrugada de este lunes contra objetivos de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) en la localidad de Al-Bukamal en Deir Ezzor (este de Siria), fronteriza con el vecino iraquí.
La fuente, que hablaba bajo condición de anonimato, ha advertido que los ataques estadounidenses sólo exacerban la tensión en la región de Asia Occidental y sirven los objetivos de Israel y las fuerzas separatistas en Siria, según informa la agencia oficial siria de noticias SANA.
Ha subrayado que el Gobierno de Damasco exige a la Administración estadounidense que respete la integridad territorial de Siria e Irak y detenga de inmediato este tipo de ataques que violan la soberanía nacional y la independencia de los dos países.
La fuente diplomática ha pedido además a Washington que revoque sus “políticas imprudentes” hacia Siria y retire cuanto antes a sus fuerzas de ocupación de este país.
Fuentes oficiales sirias dicen que los ataques estadounidenses al campo de Al-Bukamal han dejado un niño muerto y tres civiles heridos. Además, en otros ataques contra la región de Al-Qaim, en el oeste de Irak, cerca de la frontera con Siria, cuatro miembros de Al-Hashad Al-Shabi cayeron mártires.
El Departamento estadounidense de Defensa se ha atribuido la responsabilidad del ataque, y afirmado, sin pruebas, que las fuerzas populares “tenían planeado ataques contra personal e instalaciones estadounidenses en Irak”.
El Gobierno de Irak, por su parte, ha denunciado la “violación flagrante de su soberanía nacional” por EE.UU. y advertido que Bagdad “no permitirá de ninguna manera que el territorio del país sea parte de cualquier conflicto o confrontación para ajustar cuentas”.
Los bombardeos estadounidenses también han provocado condenas y críticas desde el Parlamento y las fuerzas populares de Irak. Al-Hashad Al-Shabi, que forma parte de la Fuerzas Armadas iraquíes ha considerado los ataques como una declaración de guerra y ha recalcado que se reservan el derecho a responder las agresiones de las “tropas de ocupación estadounidenses”.
