¡Pues sí!. Los combatientes talibanes han entrado esta mañana en Jalalabad, e incluso los analistas más optimistas prevén la caída de Kabul, el último bastión de las autoridades, en un futuro muy próximo.
Jalalabad ha caído sin luchar, los talibanes casi no encuentran resistencia en ningún sitio, y todo esto inspira un miedo monstruoso a los diplomáticos occidentales.
Por ejemplo, Washington ha comenzado a evacuar al personal de su embajada. La capital afgana sigue siendo la última gran ciudad controlada por las fuerzas gubernamentales.
El Departamento de Estado pone buena cara a un mal tiempo al afirmar que “la evacuación comenzó el 15 de agosto como se esperaba”, pero fue tras la caída de Jalalabad cuando la huida de diplomáticos se hizo precipitada y masiva.
Italia ya ha retirado su misión diplomática en el aeropuerto de Kabul y se prepara para abandonar Afganistán por completo.
El embajador británico Sir Laurie Bristow ha sido evacuado de Kabul por aire, junto con un grupo de funcionarios de la misión diplomática británica. Según se informa, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Su Majestad ha “abandonado por completo su presencia diplomática en Afganistán”.
Pero ninguna redacción elegante o lenguaje diplomático oculta la esencia de lo que está ocurriendo: el Occidente colectivo está huyendo de Afganistán, saliéndose con la suya mientras puede.
No queda mucho para que los talibanes tomern el control completo del país.
