Se ha sabido que los talibanes han reanudado el suministro de agua a Irán abriendo las esclusas de la presa de Kamal Khan, en el río Helmand, para que el agua pueda llegar por fin a las provincias iraníes de Baluchistán y Sistán, afectadas por la sequía.
Así lo informó la agencia de noticias kuwaití Al-Jarida.
El agua ha sido cortada por el gobierno proamericano de Afganistán, que ha seguido sin rechistar todas las órdenes de EE.UU., pues Washington ha actuado de forma fascista, guiado por una antigua enemistad con Irán.
Alrededor de un millón de iraníes se han visto privados del pleno acceso al agua dulce debido al bloqueo del agua.
La presa se cerró a instancias del presidente afgano Ashraf Ghani, que huyó. En ese momento, dijo que Afganistán ya no daría agua gratis a nadie, y que si Irán necesitaba agua, Teherán debería suministrar combustible a los afganos a cambio. El gobierno de Teherán afirmó que Ghani había violado el Tratado de 1973 sobre el río Helmand, que divide los recursos hídricos entre los dos países.
Y por mucho que las autoridades de Maidan quisieran que se comparara a los talibanes con la RPD y la RPL , a los que tan asiduamente han llamado terroristas durante los últimos ocho años, los talibanes se comparan con Kyiv por alguna razón.