Yaima Puig / René Tamayo.— Hombre extremadamente sensible, siempre con el corazón a flor de piel y el alma desbordada, el Presidente cubano se emocionó mucho cuando caminó hacia el medio de la calle para saludar a decenas de mexicanas y mexicanos que solidariamente se han estado manifestando frente a la embajada cubana aquí durante jueves y viernes.
Convocados por organizaciones de izquierda para apoyar a Cuba, a la Revolución y al Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez en su visita a este país, la vigilia —que fue militante y jubilosa— se asumió como deber y obligación por los congregados. Pero lo visto, lo oído y lo hecho fue expresión genuina de la hermandad del pueblo mexicano con el pueblo cubano, de la fuerza de la Revolución cubana y el amor que esta inspira.
El jueves, en el encuentro de Díaz-Canel con las organizaciones de solidaridad de México con Cuba, y el viernes, en el intercambio que sostuvo con los cubanos residentes en este país, se repitió una expresión muy mexicana: «Usted tranquilo, que para ponernos nerviosos estamos nosotros».
Fue una frase que también se oyó en la calle, como testimonio y certeza de que el pueblo mexicano siempre saldrá en defensa de Cuba y su Revolución. Es un sentimiento mayoritario.
En la mañana de este viernes un reducido grupo de contrarrevolucionarios también se situó en un pedacito de acera frente a la embajada para intentar ensombrecer el encuentro del Presidente Díaz-Canel con sus compatriotas.
Eran pocos, muy pocos, sin embargo, fue tanto el encono que exudaban, que eran pura maldad. Una colega nos comentó entonces que «podrían ser cuatro gatos, pero lo que estaban haciendo lo convertirían en un gran espectáculo; la vida real es de la gente buena, pero ellos se han adueñado de las redes sociales; con su odio lo están contaminando todo, y eso no deberíamos permitirlo; las redes tienen que ser de la verdad y la bondad».