Una promesa que sí pretenden cumplir

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“Importantes países consumidores de carbón, entre ellos Canadá, Polonia, Corea del Sur, Ucrania, Indonesia y Vietnam, eliminarán gradualmente el uso de carbón para la producción de electricidad; las economías más grandes lo harán en la década de 2030 y las economías más pequeñas, en la década de 2040”, ha escrito esta semana el diario británico The Guardian en una de sus crónicas sobre la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se está celebrando estos días en la ciudad de Glasgow. Antes, el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky había calificado la ocupación de Crimea y Donbass como una “bomba ecológica”.

Ambas noticias, se enmarcan en el intento de las autoridades ucranianas de adaptar su guion, siempre en busca de asistencia extranjera para recuperar los territorios perdidos, a los intereses del momento. Pero si la segunda no es más que una salida de tono en un discurso cada vez más inconsistente, la primera se acerca más a la realidad. Lo que está presentándose como una victoria para el planeta, supone para la población el empobrecimiento, aumento del paro y más crisis económica. Tras años de decadencia, las minas ucranianas, antaño potentes, pero hoy víctima de la crisis del sector y un desinterés de las autoridades por la industria del país que no da más alternativa a los mineros que el paro o la emigración. A ello se suma la ruptura de relaciones económicas con Donbass y las dificultades de comercio con Rusia, que en las últimas semanas ha prohibido la exportación de carbón térmico a Ucrania. Todo ello en el contexto de crisis energética que ya tiene consecuencias.

Artículo Original: Colonel Cassad

En Ucrania, a 4 de noviembre, más de la mitad de las unidades de las plantas térmicas han dejado de operar. Así lo anunció el diputado del partido Batakivschina en el Parlamento y vicepresidente del Comité de Presupuestos Ivan Krulko.

“Disponemos de 88 unidades de producción de plantas térmicas que operan en Ucrania y que generan energía, utilizada para equilibrar la energía de la industria nuclear (…). A día de hoy, están operando 37 de las 88 unidades, 51 de ellas no están operando. La mitad no trabajan y están en modo de emergencia. Se debe a la falta de combustible. Es decir, están preparadas, pero no están trabajando”, afirmó en el canal de televisión Nash.

El diputado apuntó que, el día anterior, la central térmica Tripilia, propiedad del Estado, dejó de funcionar a causa del descenso de suministro de carbón al mínimo. “Es un serio problema. Qué vamos a hacer en esta situación cuando, dios no lo quiera, a causa de la falta de electricidad, empiecen los apagones, entre ellos en hospitales”, se preguntó el diputado.

Sin embargo, Krulko añadió que “autoridades normales” en “países normales” empezarían a actuar en casos así. Horas antes, el presidente del Comité de Energía, Vivienda y Servicios Comunales del Parlamento, Andrey Gerus, afirmó que Rusia ha detenido el tránsito de carbón de Kazajistán a Ucrania.

Izvestia

Es preciso apuntar que Kazajistán ha confirmado que ha detenido los suministros de carbón a Ucrania, pero ha aclarado que no hay una prohibición directa de Rusia de suministros a Ucrania, simplemente hay “algunas dificultades” que interfieren en el suministro. Sin embargo, el hecho sigue siendo que el equipo de Zelensky ha ignorado completamente la preparación para el invierno, sin reservas de carbón y gas y que ahora están histéricos en busca de un lugar en el que adquirir combustible a un precio más o menos razonable. Por supuesto, no les preocupa si la población se va a congelar, pero sí que la popularidad de Zelensky puede caer en un pozo sin fondo este invierno.

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