Manuel Guerra.— No hay duda: mientras más profunda es la crisis del capitalismo y las clases dominantes sienten que el piso se les mueve; más feroz, más visceral, mas irracional es su respuesta y el ataque a quienes considera que amenazan a sus privilegios. Lo cómico es que quienes pretenden ser los abanderados de la defensa de la democracia, la libertad y los derechos humanos, terminen avalando, respaldando, sosteniendo y financiando a dictaduras, mercenarios, sicarios, grupos neofascistas que operan con desparpajo acompañados por toda la parafernalia mediática, política, académica y cultural.
Vargas Llosa es un curtido espadachín del lado oscuro de la fuerza, que no ha tenido empacho en respaldar a la corrupta Keiko Fujimori en las elecciones peruanas, llamando, incluso, al golpe de estado contra el gobierno legítimamente electo, ni coincidir con cuanto facho de todo pelaje hay por el mundo, y que hoy reaparece sumándose al tinglado contra Cuba socialista que amenaza con un golpe efectista este 15 de noviembre.
Porque de eso se trata: de una ofensiva reaccionaria articulada desde diversos frentes bajo la batuta del imperialismo norteamericano, cubierta con el desgastado disfraz de la libertad, la democracia, los derechos humanos. El libreto es conocido: insuflar una “oposición” interna contra el gobierno, magnificarla y victimizarla argumentando una dura represión en su contra, armar acciones de “solidaridad” desde fuera, exigir represalias y sanciones contra el régimen y preparar condiciones para una asonada sediciosa, y el intervencionismo militar.
Misión imposible la de estos desenfrenados reaccionarios. Cuba es ejemplo mundial de verdadera democracia y derechos que goza su población, a pesar del inhumano bloqueo por parte del imperialismo norteamericano; la heroica Cuba, no obstante sus carencias, es el país más solidario del mundo. El pueblo cubano defenderá una y otra vez a su revolución y desde los cinco continentes se alzaran nuevamente las voces para señalar que Cuba no está sola; que un puñado de gusanos con sus mentirosos profesionales, con sus millones y sus armas no podrán vencer la dignidad de un pueblo.