El informe, bajo el nombre Civilian Casualty Files (Archivos de Muertes Civiles), revela que los asesinatos en Siria e Iraq fueron superiores a los registrados oficialmente en ese período, considerado ínfimo teniendo en cuenta la presencia de tropas estadounidenses en el área por más de una década.
Además, el estudio estimó que en total desde 2003 el conflicto bélico en Iraq causó más de un millón de víctimas fatales debido a los innumerables ataques aéreos y otros hechos de violencia.
Según la publicación, lo más inquietante es que sucesivas administraciones norteamericanas consideran la muerte de civiles como «daños colaterales» en la búsqueda de objetivos político-militares, es decir, en un esfuerzo por extender el poder imperial de Estados Unidos.
Es más -asegura el informe-, el Pentágono y la Casa Blanca encubrieron el alcance de sus operaciones y ningún miembro del Ejército o del Gobierno fue sancionado, ni siquiera internamente.
Un incidente más reciente, fuera del período del estudio publicado, pero que encaja en esas descripciones, es el asesinato de una familia, incluidos niños, en Kabul durante la retirada de los efectivos del Pentágono de Afganistán a fines de agosto de este año.
Ante la amplia difusión del caso, el Departamento de Defensa investigó lo ocurrido y concluyó que nadie era culpable de la matanza, sin embargo, otros hechos similares en áreas remotas de Siria e Iraq de menor divulgación mediática no son siquiera analizados.
Las revelaciones sobre víctimas civiles publicadas son pruebas sustanciales para enjuiciar a los líderes políticos y militares estadounidenses por crímenes de guerra, aunque siendo realistas, esto no sucederá en el futuro cercano, reconoce Strategic Culture Foundation.
Por lo tanto, subraya el medio, Washington no tiene autoridad para dar conferencias al resto del mundo sobre los derechos humanos y el estado de derecho, como presume arrogantemente todo el tiempo.
El análisis recuerda que Estados Unidos ha librado sistemáticamente guerras ilegales en todo el planeta que destruyeron naciones y millones de vidas inocentes, pero recientemente el presidente Joe Biden quiso dar lecciones sobre las presuntas virtudes de la democracia y los derechos humanos en una cumbre ampliamente criticada.
Como reconoce la publicación, grandes medios de comunicación estadounidenses se mantuvieron en silencio sobre los resultados de la investigación, con excepción del diario The New York Times que fue quien solicitó la información a autores externos.