Angélica Paredes / Yaima Puig.— Con la presencia del Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, concluyó este viernes el XIII Congreso Internacional de Educación Superior, Universidad 2022, tras cinco jornadas de intensos debates sobre el papel y los retos de las universidades en medio del actual contexto internacional.
La invitación fue para reunirse nuevamente en La Habana, en febrero de 2024, para seguir forjando juntos una Educación Superior de calidad, pues como dijera el viceministro primero de Educación Superior, Walter Baluja García, también presidente del Comité Organizador del Congreso, al pronunciar las palabras de clausura de la cita, necesitamos trabajar para consolidar una Universidad «más inclusiva, más del futuro».
Este es un evento, dijo, que refleja la vida de nuestras comunidades universitarias y nos ha permitido una mirada a nuestras proyecciones luego de dos años matizados por la inesperada pandemia de la COVID-19.
Tras agradecer a las muchas personas que hicieron posible llevar a feliz término Universidad 2022, Baluja García recordó la impronta de Fidel en la Educación Superior cubana y su acertada visión de llevar a vías de hecho la idea de que nada mejor podíamos hacer al triunfo de la Revolución cubana que desarrollar las universidades.
Con anterioridad, también durante la ceremonia de clausura, Ondina León Díaz, presidenta del Comité Científico, destacó que las sesiones de trabajo de estos cincos días se convirtieron en una oportunidad única para el intercambio científico y académico de directivos, investigadores, docentes y estudiantes, que se dieron cita en La Habana y otras partes del mundo (de manera virtual) para participar en talleres de debate, foros, paneles y otros intercambios valiosos sobre temas trascendentales para las instituciones de la Educación Superior de Cuba y el mundo.
Entre los diversos temas incluidos en la agenda de la cita León Díaz destacó los desafíos en la formación integral de profesionales; la necesidad de promover transformaciones didácticas e innovadoras; la relación universidad-sociedad; y el papel de las universidades en el desarrollo local. Asimismo, señaló la prioridad que se concedió a las temáticas vinculadas a los problemas energéticos y al desarrollo del proceso docente de las carreras de Ciencias Médicas.
En la clausura del magno evento, que convirtió en los últimos cinco días a La Habana en la capital mundial de la Educación Superior, estuvieron presentes también el viceprimer ministro Jorge Luis Perdomo Di-Lella; Jorge Luis Broche Lorenzo, miembro del Secretariado y jefe del Departamento de Atención al Sector Social del Comité Central del Partido; José Ramón Saborido Loidi, ministro de Educación Superior; dirigentes del Partido y el Gobierno cubanos; así como rectores de universidades nacionales y extranjeras.
LA UNIVERSIDAD TIENE QUE ESTAR CONECTADA A LA VIDA
La Universidad tiene que ser un centro de investigación para ser sostenible, que incluya y no excluya, tiene que ser un centro de alerta, aseveró el reconocido teólogo brasileño Frei Betto, durante la conferencia magistral impartida este viernes, en la última jornada del Congreso Internacional Universidad 2022.
Con la presencia del Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, el destacado intelectual latinoamericano disertó acerca de los retos de la Educación Superior en tiempos de la transición a un mundo pos pandemia y las estrategias para enfrentar la COVID-19 desde los centros educacionales a escala global.
En este momento de transformación la Universidad afronta dos grandes desafíos: el fenómeno de la enfermedad y el de las redes digitales, aseveró el buen amigo de Cuba desde el podio del salón plenario del Palacio de las Convenciones de La Habana, para luego estremecer al plenario asegurando que “la Universidad tiene que estar conectada a la vida”.
Frei Betto, uno de los máximos exponentes de la teología de la liberación, insistió en la necesidad de repensar la Universidad y la educación en el escenario actual.
Al referirse a Cuba, hizo un repaso por la historia de sus luchas emancipadoras y aseveró que este es un país profundamente marcado por una universidad comprometida con las luchas sociales. La Universidad cubana dio los artífices de la liberación y la soberanía, recordó Frei Betto, para evocar luego al Héroe Nacional José Martí, y a su entrañable amigo Fidel Castro.
El teólogo brasileño subrayó el compromiso de las universidades con la objetividad científica, pero enfatizó que su papel primordial no puede ser solo el de formar mano de obra calificada para el mercado.
La enseñanza superior, enfatizó, tiene que tener también un compromiso con la subjetividad humana, con los valores, la moral y la ética.
En su conferencia magistral “Desafíos de la Universidad en tiempos de transición de la pandemia al mundo pos pandemia”, el intelectual insistió en la necesidad de buscar maneras que permitan movilizar a estudiantes y profesores de la Educación Superior para enfrentar los retos impuestos por la pandemia de la COVID-19, y cómo pensar a la Universidad de hoy en las redes digitales, un asunto -significó- que no se puede dejar en la mera improvisación.
En sus certeras palabras se refirió, de manera particular, a cuánto ha propiciado la Revolución en el amplio acceso de los cubanos a la educación y la cultura, en el afán de fortalecer “el único camino para una justicia de libertad y justicia social, que es el Socialismo”.