Victor Lucas.— Versa desde el final de la II Guerra Mundial la disposición de las potencias imperialistas para erradicar cualquier atisbo que cuestione el sacrosanto “orden establecido”; es un instrumento que se pone a disposición de los aparatos represivos y, consecuentemente, forman parte de las políticas de seguridad de los estados y del sistema capitalista.
A partir de aquí todo vale, incluso, el asesinato de niños y niñas; práctica de la que no se desprende, cuando es necesario, el ejército de ocupación de la entidad sionista de Israel para mostrar su naturaleza terrorista. Es, precisamente, el terror el fundamento de la represión que se emplea para provocar una actitud de pasividad ante la injusticia que se padece.
El cinismo es parte consustancial del relato y comunicación de los voceros de la represión. Identificado en la acepción usual del término, se emplea como argumentario para negar la verdad. El desprecio de los receptores de las informaciones es otro de los componentes del discurso.
Decía Fidel que “la verdad es siempre revolucionaria” y hacia ella van dirigidos los misiles del enemigo. Es la auténtica causa de la persecución de las organizaciones o personas que tienen la intención de difundirla. Por oposición conceptual a ella, la mentira está construyendo el mundo en el que vivimos. El famoso argumento de “las armas de destrucción masivas” no sólo supuso el derrocamiento del presidente iraquí Saddam Hussein y la ocupación de Iraq, sino que se vio acompañado por la muerte de cerca de 600.000 iraquíes y más de un millón de desplazados. ¡Los culpables de estas muertes no han sido sometidos ni tan siquiera a juicio alguno!
Bucear en el campo de la represión suele ser una “profesión peligrosa” para el poder. Difundir documentalmente las atrocidades de los gobiernos o de los poderes del estado burgués, genera siempre una reacción todavía más violenta que cuenta con partidas presupuestarias extraordinarias (fondos reservados) que mantienen la inviolabilidad jurídica de sus actores y hasta el respaldo de leyes y procedimientos que les vuelven intocables. ¡Cuántos casos duermen en el sueño de los injustos!
En el estado español se siguen ocultando los crímenes y criminales de los últimos 80 años. La represión franquista está asociada a los métodos de crueldad empleada y sería larga la lista de los involucrados en las 150.000 personas desaparecidas; ni los bebés robados a sus madres para darlos a las familias adictas al régimen. Pero desde la Transición, ¿dónde están los culpables del secuestro de Segundo Marey?, ¿de los desaparecidos Lasa y Zabala?, ¿de los tres muchachos del caso Almería?, ¿de Montejurra?, ¿y de la cantidad de luchadores antifascistas asesinados por los “escuadrones” entrenados y financiados para tal vil fin?, etc.
Todos estos casos, y los que ocupan la actualidad de la lucha de clases, hacen que sus activistas penen sentencias en cárceles del imperialismo, con juicios políticos amañados y, en muchos procesos, negando los derechos de asistencia letrada: se puede decir que están secuestrados.
Un caso de notoriedad lo representa Julian Assange, que se tuvo que refugiar en la embajada de Ecuador en Londres; soportando una presión asfixiante que se ha somatizado con el deterioro de su salud, después de ser detenido tras el asalto a la legación ecuatoriana ocurrida en abril de 2019, tras siete años de reclusión en esta embajada. Este periodista australiano de WikiLeaks tuvo la osadía de difundir cables que demostraban la implicación de los gobiernos de EEUU en ejecuciones, golpes de estado y una variada gama de intervenciones en la soberanía de distintos países.
Tras distintos intentos del imperialismo de conseguir su captura y extradición a los EEUU, a mediados de diciembre el Tribunal de Apelación de Londres ha fallado a favor de la demanda norteamericana, que supone someterse a un juicio acusándole de 18 delitos relacionados con la “Ley de Espionaje” y la piratería informática que le pueden suponer una condena de 175 años. Será una condena ¡ejemplar!, que estimule la autocensura de prensa. Así interpreta el imperialismo la libertad, la democracia y el derecho de opinión: ¡persiguiendo la verdad y encarcelando a los luchadores!
¡LIBERTAD PARA JULIAN ASSANGE! ¡LIBERTAD PRESOS POLÍTICOS DEL IMPERIALISMO!