
El 8 de febrero, oficiales israelíes en dos vehículos civiles interceptaron al automóvil de tres palestinos en la ciudad de Nablus (en el norte de la Cisjordania ocupada) a plena luz del día y les dispararon directamente desde corta distancia. Las víctimas, identificados como Ashraf al-Mabsalt, Adham Mabrouka y Muhamad al-Jalil, murieron acribillados a balazos.
Una investigación conjunta de The Intercept, Local Call y +972 Magazine señaló que esto fue un descarado asalto militar israelí en que el ejército israelí empleó tácticas que no se habían visto en Cisjordania en más de 15 años.
Según el informe, el crimen evocó amargos recuerdos de los asesinatos extrajudiciales del régimen israelí en Cisjordania durante la Segunda Intifada (levantamiento) palestina en 2000-2005.
De hecho, un vídeo publicado el lunes, testimonios de testigos y evidencia recopilada por The Intercept, Local Call y +972 Magazine en la escena, todos, demuestran que el incidente fue un ataque planeado por las fuerzas israelíes contra los palestinos.
En este contexto, los defensores de los derechos humanos indicaron también que el asesinato de tres hombres palestinos constituyó un acto coordinado.
Al-Haq, un grupo de derechos humanos palestino con sede en Cisjordania, que recopiló testimonios de testigos de la escena del crimen, indicó que no había encontrado evidencia de que los tres palestinos alguna vez dispararon o intentaron disparar un tiro.
Según el grupo, los asesinatos equivalen a crímenes de guerra. “Es una ejecución extrajudicial”, afirmó el director general de Al-Haq, Shawan Yabarin, y agregó que “los israelíes conocían a las tres personas, y vinieron simplemente para matarlas”, señaló.
Las familias de los asesinados dijeron que la carnicería fue la horrible realización de las amenazas hechas contra ellos en los últimos meses por el servicio de seguridad interna israelí (Shin Bet).
Raed, padre de Muhamad al-Jalil, recordó que un oficial del Shin Bet llamó a su familia más de una docena de veces y profirió amenazas.
“La última [llamada] fue hace dos meses”, explicó Raed. “Dijo que enviarían a la unidad Yamam (la unidad antiterrorista de la policía fronteriza israelí) para asesinar a mi hijo”, agregó el padre del asesinado.
El hermano de Adham Mabrouka, Ahmad, describió una experiencia similar de amenazas del Shin Bet en el período previo al asesinato selectivo aseverando que en al menos 11 llamadas telefónicas, un oficial del Shin Bet afirmó que Adham sería ejecutado. “Me di cuenta de que iba a morir, pero no de esa manera. Tiene 35 balas en el cuerpo”, indicó respecto al horrible asesinato de su hermano.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Palestina pidió una investigación internacional sobre los asesinatos y responsabilizó al régimen de Tel Aviv y a su primer ministro, Naftali Bennett, como “plena y directamente responsable de este crimen”.