
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha informado este sábado que el 95 % del pueblo afgano enfrenta una grave inseguridad alimentaria en medio de una crisis económica que va agravándose por la congelación de sus fondos en bancos de Estados Unidos y las sanciones que enfrenta tras la llegada al poder de los talibanes.
PMA, en un tuit, precisa que, el pasado enero, 8 de cada 10 hogares afganos experimentaron una disminución significativa en los ingresos, siendo Kabul (la capital) el más afectado. Peor aún, algunos se vieron obligados a enfrentar el mes frío sin ningún ingreso, lamenta.
Alerta, en la misma red social, que más personas en Afganistán están recurriendo a medias drásticas para alimentar a su familia y, según sus datos, alrededor de dos tercios de toda la población en el país (66 %) está adaptando nuevas medidas para hacer frente a la crisis.
Además, pone de relieve que, desde la llegada de los talibanes en el agosto de 2021, la tasa de desempleo en Afganistán ha aumentado impactando el poder adquisitivo de las familias afganas, lo que ha resultado en una desnutrición general especialmente entre los niños del país.
Hunger continues rising in #Afghanistan. 95% of the population don't have enough to eat. In Jan., 8 in 10 income-earning households experienced a significant decrease in income, w/ #Kabul hit the hardest. Worse still, some were forced to brave the cold month w/ no income at all. pic.twitter.com/jmeRv894Mr
— WFP Asia Pacific (@WFPAsiaPacific) February 18, 2022
Antes de que los talibanes llegaran al poder, las autoridades del país habían depositado en el extranjero 9000 millones de dólares, de los cuales 7000 están en EE.UU. La semana pasada, el presidente Joe Biden firmó un decreto para designar 3500 millones a las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Afganistán está hundido en una profunda crisis política, económica y humanitaria después de la precipitada e irresponsable retirada de las tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), encabezada por Estados Unidos, que permitió que los talibanes tomen el poder.
Por su parte, el gobierno talibán tachó la decisión de Washington de “robo de los fondos bloqueados de la nación afgana”, lo que, recalca, demuestra “el nivel más bajo de humanidad de un país y una nación”.